Posted: 11 Nov 2009 09:52 PM PST
Sorprendentes reacciones de los partidos a las declaraciones hechas ayer por Monseñor Martínez Camino. El portavoz de la Conferencia Episcopal ejerció el deber propio de los Obispos como guías espirituales del pueblo católico, recordando a los diputados de esta religión que uno no estará en condiciones de comulgar si apoya una ley que dará barra libre para liquidar a seres humanos inocentes. Si a alguien le traen sin cuidado el respeto por el sacramento de la comunión y los principios éticos y morales más básicos, es esa persona quien se aleja por propia voluntad de la Iglesia, y esto también vale para los diputados.
Muchos políticos viven instalados en el cinismo de llenarse la boca de nobles conceptos -libertad, democracia, tolerancia- mientras con sus hechos hacen todo lo contrario de lo que predican. Para colmo, hay quien pretende que la Iglesia Católica calle ante la hipocresía de esos políticos como si su actitud sólo provocara escándalo entre los Obispos. Un buen ejemplo de esa desfachatez es la reacción del diputado del PNV Emilio Olabarría. Según él, las declaraciones de monseñor Martínez Camino son “una intromisión impropia de las funciones de la Conferencia Episcopal”. ¡Acabáramos! Al señor Olabarría no le basta con ser diputado y con usurpar a los ciudadanos derechos tan básicos como la libre elección de idioma, que además también quiere ser Obispo y dictarnos a los católicos lo que tenemos que creer y lo que podemos o no podemos decir. ¡Vaya un demócrata!
Ya en el más puro terreno del talibanismo progre, Joan Tardá, diputado de ERC con cierta afición a desear la muerte a otros, ha dicho que Martínez Camino “tiene un problema no digo de salud pero sí de cordura”. Vamos, que le ha llamado loco. Eso, viniendo de un pirado nacionalista que pone su odiosa ideología por encima de los derechos de la persona, supone todo un piropo para el portavoz de la Conferencia Episcopal.
El único que ha puesto una nota de sensatez en medio de este ambiente de cretinismo ha sido Jorge Fernández Díaz que ha recordado que son los obispos “quienes tienen autoridad para definir qué es ser católico y qué requisitos deben cumplirse para comulgar”, y que “tienen el derecho y el deber de decirlo”. Y es que como podéis ver hay políticos que no se conforman con lesionar el primero de los derechos humanos, sino que además quieren que los demás nos callemos y miremos hacia otro lado. Desde aquí agradezco y mucho a monseñor Martínez Camino que haya tenido la valentía de dejar en evidencia a esos hipócritas, unos tipos faltos de vergüenza y que en el caso del PNV lo van a tener complicado para explicar a muchos de sus votantes el apoyo de los diputados jeltzales a una ley tan inhumana, injusta y anticristiana como la que promueve este gobierno.