La asociación de las grandes inmobiliarias españolas, G-14, con su secretario general Pedro Pérez a la cabeza, ha sido el inspirador de la medida estrella presentada por Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación: la supresión de la desgravación fiscal por compra de vivienda. Aunque el Gobierno no ha recogido exactamente sus peticiones, sí ha devuelto a la deducción su función de "incentivar la demanda de vivienda" como pedía esta asociación. De ahí que distintas fuentes del sector lo consideren el "gran éxito de un grupo que hasta ahora no había servido prácticamente para nada". Ayer no fue posible contactar con el G-14 para recabar su versión.
El propio Pérez, en declaraciones a El Confidencial, ha negado que el Gobierno les haya consultado para la elaboración de esta propuesta, pero reconoce que "hemos trasladado al Gobierno cómo se podía atenuar la caída tan brutal de las ventas y la producción del sector, con su traducción en términos de crecimiento económico y de empleo". Entre las posibles soluciones se encontraba "volver a dar a la deducción por compra de vivienda el carácter de incentivo a la demanda que había perdido en la coyuntura actual, puesto que se había convertido en un derecho adquirido del comprador que sólo tenía efecto en el precio pero no en su motivación".
La medida anunciada por Zapatero no recoge exactamente la propuesta del G-14, que consistía en elevar temporalmente tanto el tope de la desgravación (hasta 15.000 euros) como el tipo (hasta el 25%) durante un período acotado en el tiempo (tres años). Después de ese plazo se volvería a aplicar el régmien actual, con lo que se pretendía incentivar las decisiones de compra para aprovechar esas ventajas fiscales mientras durasen.
Este objetivo es muy similar al de la supresión de la desgravación dentro de 19 meses: acelerar las decisiones de compra antes de que se elimine la deducción, con lo que en teoría podrán vender parte del ingente stock de vivienda que acumulan sin tener que tirar los precios, algo que puede provocar un 'miniboom' inmobiliario a corto plazo.De ahí que la interpretación generalizada en el sector y en los expertos en fiscalidad es que los grandes beneficiados de esta medida son las inmobiliarias (y a la banca).
Según otras fuentes consultadas, "el G-14 se ha trabajado muy bien a Zapatero en los últimos meses para convencerle de que es la medida más justa para ayudar al sector a resolver su crítica situación sin provocar el rechazo de la opinión pública". De hecho, el G-14 ha sido el único organismo del sector que ha aplaudido la medida, aunque sea con reservas, mientras que varias inmobiliarias y consultoras individuales, e incluso la Asociación de Promotores Constructores, la han criticado por insuficiente o directamente por ineficaz.
Una medida fácil de adoptar y de vender
Los argumentos en que se ha fundamentado esta medida, según las citadas fuentes, son que la deducción por vivienda ha contribuido a la burbuja inmobiliaria, que dicha desgravación en realidad se la embolsaban los promotores (algo que en el pasado habían manifestado algunos miembros del Gobierno), que es mucho más sencilla de adoptar que otras reformas mucho más profundas y que se puede vender como una subida de impuestos a las rentas más altas, lo que gusta mucho en las filas socialistas.
Más aún, el aparato de propaganda gubernamental se ha puesto en marcha de inmediato para dar la vuelta al calcetín y vender la medida como un ataque a los 'ladrilleros', justo como lo contrario de lo que es. El mejor ejemplo de ello es la primera página de El País de ayer, que aseguraba que "Zapatero elimina ayudas al ladrillo para cambiar el modelo productivo".
Los expertos creen que se podrían haber adoptado otras muchas medidas más eficaces para reactivar el mercado inmobiliario, como una reforma de la Ley del Suelo, el cambio de la financiación de los ayuntamientos, la rebaja de la fiscalidad de la adquisición de vivienda o la supresión de las comisiones bancarias y los gastos notariales. Pérez asegura que su primera propuesta era dar un papel más activo al ICO para favoreces el acceso al crédito de los demandantes de vivienda ante el "cerrojazo" de las entidades financieras. Pero estas medidas, o bien exigen una dura negociación con otros agentes, o bien no están en la agenda del Ejecutivo, por lo que la más viable era la supresión de la desgravación, por mucho que no sea la más eficaz.
Y después de 2011, ¿qué?
Ahora bien, el planteamiento del G-14 tiene un problema muy importante: qué pasa a partir de 2011. Se supone que, cuando se suprima la desgravación, el mercado inmobiliario volverá a hundirse. Varios expertos consultados opinan que, si para entonces la situación económica no ha mejorado, el Gobierno podría aplazar esta supresión o incluso dar marcha atrás con el argumento de que es necesario incentivar el sector inmobiliario para que vuelva a crear empleo. Hay precedentes: la eliminación de la deducción por I+D en el Impuesto de Sociedades, que fue anulada ante los graves perjuicios que causaba la medida al tejido empresarial español.leer + :http://www.cotizalia.com