José Luis Rodríguez Zapatero asegura no dar importancia a los abucheos que sufre cada año durante la celebración de la Fiesta Nacional. Para el PSOE, los responsables son grupos organizados de extrema derecha, por lo que la ministra de Defensa,
Carme Chacón, anunció ayer cambios en el protocolo para impedir estas manifestaciones. Sin embargo, más allá de la representatividad de los silbidos del 12 de octubre, el presidente del Gobierno se ha convertido en el líder democrático peor valorado y el que mayor desconfianza despierta.
La marca ZP, o Z, que en las dos últimas elecciones generales sustituyó a las siglas del PSOE como garantía de triunfo, se ha derrumbado en todas las encuestas. Su grado de aprobación es el más bajo de los países democráticos, y la nota que le ponen los españoles no es mucho mejor que la que otorgan a
Mahmud Ahmadineyad.
De acuerdo con la encuesta del diario Público, sólo un 22,3% aprueba la gestión del líder socialistas, mientras que un 84,1% señala que le inspira poca o ninguna confianza.
Estos datos
no difieren mucho del último sondeo de El País: un 75% desaprueba su gestión como presidente del Gobierno, y un 84% dice no confiar en él.
Tampoco el CIS ofrece cifras más esperanzadoras para Zapatero. En julio, sólo el 19,3% mostraba algo de confianza, frente al 78,9%. Y aunque es cierto que el resto de líderes mundiales han visto cómo la crisis erosionaba su imagen, todos han resistido mejor que el español.
Así, las encuestas muestran que
Barack Obama no ha conseguido mantener sus niveles de popularidad tras llegar a la Casa Blanca, y se espera que los republicanos le inflijan una importante derrota en las elecciones legislativas del próximo mes. No obstante, Zapatero puede envidiar
el 45% de aprobación que, según Gallup, todavía conserva al mandatario estadounidense.
La aprobación de la gestión del presidente español es inferior incluso a la de líderes tan controvertidos como
Hugo Chávez o
Cristina Fernández de Kirchner. El líder venezolano ganó con dificultades los últimos comicios en su país, y su popularidad no supera el 37%. Por su parte, la presidenta argentina contaba en julio con un 32%, de acuerdo con el ranking elaborado por la Asociación de Comunicación Política. Esta lista muestra cómo otros mandatarios hispanoamericanos obtenían entre abril y julio una aprobación mucho mayor que la de Zapatero:
Lula (76%),
Evo Morales (74%),
Sebastián Piñera (54%),
Rafael Correa (46%).
El ‘consuelo’ de Angela Merkel
En Europa, el líder socialista también sale mal parado. Pese a la caída de popularidad que ha sufrido
Nicolas Sarkozy, el francés continúa superando por la mínima a Zapatero.
El barómetro del instituto Ifpop para el Journal du Dimanche le otorgó un 32% de aprobación en septiembre, mientras
que la encuesta de TNS Sofres para Le Figaro rebajó la cifra a un 26% tras la crisis por la expulsión de gitanos. Por su parte,
David Cameron disfruta de su luna de miel con el electorado británico con más del 50% de popularidad. Sólo
Angela Merkel puede servir de consuelo al presidente español. La estricta política económica de la canciller alemana ha hecho que las perspectivas electorales de su partido caigan al 29%.
Por otra parte, la severidad con la que los españoles juzgan a Zapatero se acentúa al comprobar cómo valoran a otros mandatarios. Y es que, mientras que la nota del presidente español, según la última encuesta del CIS, es de un 3,48,
el barómetro del Real Instituto Elcano del pasado junio muestra que esa calificación se parece mucho al 3,1 que obtiene el iraní Ahmadineyad. Aunque no se puede comparar la naturaleza de ambos sondeos, cabe destacar que otro español,
Joaquín Almunia, obtiene un 5,7 en la encuesta del citado
think tank, y que Merkel se sitúa en un segundo lugar, tras Obama, con un 6,4 sobre 10.