03 de enero, 2010 Pilar López
El 19 de abril de 1972 un alto funcionario de la Dirección General de Seguridad del régimen le hace entrega a Francisco Franco de un informe de investigación, encargado por el mismísimo general, que detallaba todas las claves sobre la muerte de Federico García Lorca.Madrid.- El 19 de abril de 1972 un alto funcionario de la Dirección General de Seguridad del régimen le hace entrega a Francisco Franco de un informe de investigación, encargado por el mismísimo general, que detallaba todas las claves sobre la muerte de Federico García Lorca.
Un riguroso informe de 27 páginas en las que dicho funcionario, el cual ha exigido permanecer en el anonimato, hace referencia a más de 22 personas relacionadas con las autoridades y personalidades granadinas más cercanas al régimen e influyentes en la época de la vida y posterior desaparición del poeta.
La operación fue denominada Operación Granada. La Dirección General de Seguridad del Gobierno franquista, una vez estudiado y revisado el informe, ordenó que se quemase el documento, previsiblemente ordenado por el propio dictador. Todo apunta a que la única copia que queda actualmente del informe es la que este funcionario ha guardado en el cajón de su mesilla durante 38 años
Entre los cerca de 12.000 cuerpos sin identificar que yacen en fosas comunes víctimas de la Guerra Civil se encuentra el del poeta Federico García Lorca, cuyo paradero parecía estar a punto de ser descubierto.
Lorca, una de las grandes figuras de las letras hispanas, murió fusilado por las tropas franquistas en el barranco granadino de Víznar el 18 de agosto de 1936. El lugar donde el poeta fue acribillado a los 38 años, según la “investigación” llevada a cabo por el historiador irlandés Ian Gibson, formaba hoy parte de un parque y únicamente una pequeña placa junto a un olivo recuerda lo que allí parecía que había ocurrido. “En recuerdo de Federico García Lorca y de todas las víctimas de la Guerra Civil”, puede leerse. Pero hoy sabemos con certeza que el autor del Romancero Gitano no está enterrado allí.Todo resultó ser una gran falacia basada en falsas informaciones.
El informe que hoy revela en exclusiva LA GACETA no hace mención alguna a Manolo Castilla, alias Manolo el comunista, ni al lugar donde él mismo afirmó que lo había enterrado. La única fuente que alimentó el mito de Alfacar, revelado por Gibson, se desmonta. Ni olivo, ni Manolo el Comunista. La exhaustiva relación de los hechos que revela la Operación Granada habla así de la ejecución del poeta: “La ejecución la efectuó un piquete de Asalto formada por cuatro hombres al mando del Cabo Ayllón, entre los que se encontraba José Martín Rodríguez. Presenciaron la ejecución, Trescastros, un tal Paco el Motrileño, un tal Cano, y un tal Hernández y Jover. Juan Trescastros regresó rápidamente a Granada para dar cuenta a su jefe Ramón Ruiz Alonso de que todo había concluido. La venganza contra la Falange Española y contra los Rosales en particular se había consumado”.
En cuanto al lugar de la ejecución, el informe explica que Federico fue sepultado en el mismo lugar de la ejecución. “El cuerpo estaría situado a kilómetro y medio aproximadamente de Víznar, por la carretera que conduce a Fuente Grande (unos dos kilómetros antes de llegar a este lugar). La carretera, a la altura indicada, hace un profundo recodo y pasa sobre un puentecillo por el que cruza un regato. Allí, a la derecha, se ve un montículo y algunos olivos. El lugar, muy en concreto, es conocido por Los Pozos”.
La detención
Según declaraciones vertidas por el historiador irlandés Ian Gibson, que lleva 45 años promoviendo su versión del mito lorquiano, “la envidia fue el tema fundamental en la muerte de Lorca: a Federico lo envidiaban por sus dones, por el dinero que ganaba con su teatro, por ser homosexual”. Según el historiador, también era probable que unos primos suyos de Valderrubio estuvieran implicados en la muerte del poeta. Su muerte fue, en palabras del historiador, “como una tragedia griega”.
El informe de la Operación Granada desmiente absolutamente todas estas versiones y deja claro que desde queFederico García Lorca llegara a Granada, “nadie concedió la más mínima importancia a este hecho” y que “el comandante Valdés no parece preocuparse lo más mínimo por Federico, aunque debió suponerse que conocía no su refugio en casa de los Rosales, sino su presencia en Granada”. En la mañana del 17 de julio de 1936, Federico llega a Granada y se traslada al domicilio de sus padres, en la espléndida Huerta de San Vicente. Decide no frecuentar el centro de la ciudad, debido a los acontecimientos y al alzamiento en Granada que triunfa el día 21. “Durante los últimos días de aquel mismo mes, unos individuos no identificados merodean la finca de los Lorca, pero no con intención de conocer los pasos de Federico, sino con la de proceder a la detención de uno de los servidores, un jardinero al que se acusaba de mantener contacto con los rojos, pero éste había huido”. Federico, sin embargo, decide refugiarse, alentado por sus padres fundamentalmente por tres hechos: las primeras ejecuciones, los bombardeos y la ejecución de su cuñado, el alcalde Montesinos. Obviamente, además de su filiación izquierdista y de la vinculación de la familia con D. Fernando de los Ríos. Lo refugia D. Luis Rosales Camacho, condiscípulo de Federico, al que estimaba de veras y cuyos hermanos eran todos falangistas (no él), lo que suponía un valioso salvoconducto para Federico.Durante su estancia se dedicó a componer un posible himno a los falangistas muertos, que Miguel y José Antonio Rosales le propusieron.
El papel de la CEDA
Pero Federico, cansado de su reclusión, un mal día decide salir a dar un paseo. Alguien le observa, Julio Moreno, diputado de la CEDA y un hombre muy influyente. Inmediatamente lo comunica a Ramón Ruiz Alonso, jefe de una de las escuadras y personaje clave y responsable directo de la muerte de Federico, por unos motivos, entre los que no se encontraba un especial odio a Federico sino otros tres, según cita textualmente el informe: “El despectivo concepto de obrero amaestrado que le diera Jose Antonio Primo de Rivera; la negativa rotunda ante su petición de ingreso en Falange Española y que los Rosales arrancaron el yugo y las flechas de su mono por considerarle indigno de llevar este emblema”. Al ser precisamente los Rosales quienes ocultaron a Federico se le brindó un motivo ideal a Ruiz Alonso para vengarse de ellos y éste fue el verdadero motivo de la detención.
El día 17 de agosto, Ruiz Alonso, junto con varios hombres más, se presentan ante el comandante Valdés, a quien informan de que “un rojo peligroso, admirador de Rusia y masón” es ocultado “nada menos” que por los jerarcas falangistas Rosales Camacho. El comandante entra en cólera, pero no por la denuncia en sí, sino por la traición de los Rosales y cuando éstos acuden a pedir clemencia por el poeta, amenaza con fusilar a Luis Rosales, y la familia ha de entregar joyas y dinero para la causa, a fin de que Valdés olvide sus amenazas. Pero el comandante, cita el informe, “no quiere mostrarse benévolo ante un hombre al que se supone abiertamente contrario al alzamiento, masón y amigo de la URSS”.
“Otros, con menos motivos, han sido eliminados”. Ordena su detención y que lo lleven a Víznar (donde llevaban a los que iban a ejecutar). “Ninguna otra persona se interesó por García Lorca”, desvela el informe.
Mientras en el diario El País hablan de Gibson como “un faro mundial para el conocimiento de aquella tragedia “, el informe de la Operación Granada, única documentación escrita con la que se cuenta en España de la versión de lo sucedido y revelada por este periódicos, habla de una versión totalmente contraria de los hechos y prueba la carencia de documentación del historiador, así como lo reveló la excavación de las supuestas fosas, ordenada en base a una leyenda.
fin de la 1ª parte
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Nota de la redacción de ABC DEL MAR MENOR: Aunque a Ian Gibson, se le describe como historiador, esto es falso totalmente, Gibson, es solo un periodista, que ha pasado la mayor parte de su vida en España, militante del PSOE, es un enamorado de la obra de Federico Garcia Lorca, y obsesionado con su vida, se propuso en beneficio de él exclusivamente, el localizar el Cadáver, intento y alguna vez consiguió hablar con la familia, pero esta se ha opuesto tajantemente a sus pretensiones; la familia no quiere romper su intimidad y desde luego no están por consentir un circo con la vida de su familiar.