12 May 2010
De lo que se publica hoy sobre el recorte de gasto anunciado ayer por Zapatero, lo que más me ha hecho reír es leer en Público a Ignacio Escolar diciendo que esto es “un tijeretazo liberal, sin ni siquiera un mínimo gesto simbólico de izquierdas”. De risa. Ahora resulta que lo liberal es cargar sobre los más desfavorecidos la factura de los despilfarros socialistas de Zapatero, o congelar las pensiones a quienes han estado pagándolas bajo la coacción del Estado mientras no se suprime ni una vicepresidencia, ni un ministerio ni una simple secretaría de estado. A lo mejor Escolar también piensa que es liberal la nueva -y aún no concretada- subida de impuestos, mientras se mantienen las generosas subvenciones del gobierno a la patronal y los sindicatos.
Lo que a Escolar le debe costar mucho admitir, a día de hoy, es que se ha hecho evidente que estamos ante el rotundo fracaso de la política socialista de Zapatero, una política que el propio Escolar ha apoyado con entusiasmo y que ha consistido en negar lo que se nos venía encima, insultando a quienes lo advertíamos, para después minimizar el problema y más tarde confiar en que todo se arreglaría sin hacer nada, por obra y gracia del “amigo” Obama. Montado en esa ilusión -o más bien engaño-, el gobierno ha preferido seguir malgastando el dinero público en plena recesión e incrementando notablemente nuestra deuda. Una deuda que el hijo de Arsenio también contribuyó a minimizar.
Y es que el pasado 5 de febrero Escolar decía en su blog: “La deuda española (55% del PIB) es menos de la mitad de la griega (115%)”, de lo cual concluía que la comparación de España con Grecia era “injusta”. Lo que Escolar no decía es que el PIB español es cuatro veces el PIB griego. Así, en estos momentos la deuda pública de Grecia asciende a más de 300.000 millones de euros y la de España a más de 650.000 millones, una cifra monstruosa que se ve agravada por otro dato: el déficit público de España (16,3% del PIB) supera al de Grecia (13,6%). A eso hay que añadir, además, que la deuda externa neta de Grecia (un 87% de su PIB, cerca de 208.000 millones de euros) es menor que la de España (el 91% del PIB, cerca de 950.000 de euros). Es decir, que somos un país endeudado hasta las orejas. Pero lo más destacable de aquel artículo de Escolar no era la ausencia de estos datos, sino estas palabras que sólo son equiparables en desacierto profético con las repetidas declaraciones de Zapatero diciendo que ya habíamos pasado lo más duro de la crisis:
“A medio plazo, es probable que el problema español desaparezca en cuanto los grandes gatos encuentren otra presa mejor a la que lanzar sus zarpazos.”
Esta afirmación seguía al pie de la letra el manual de consignas del gobierno, que consistía en distraer la atención de la desidia, la irresponsabilidad y la ineptitud de Zapatero para centrarla en paranoias sobre perversos especuladores que se tornaban en inversores de la noche a la mañana en función de lo que le convenía al gobierno. Un cuento chino que Escolar ha ayudado a vender, en el marco de su habitual cercanía a La Moncloa. Al final la realidad se ha impuesto. Ni Europa ni EEUU han querido arriesgarse a sufrir los efectos de las improvisaciones y ocurrencias de Zapatero, y le han obligado a emprender recortes donde él dijo que no los emprendería nunca. Pero, para más inri, los recortes llegan tarde y mal, evitando tocar el tinglado clientelar montado por Zapatero, en el que se apoya en estos momentos su esperanza -o más bien su empeño- por seguir desarrollando su proyecto ideológico radical incluso a costa de retardar la recuperación económica de España, un punto del que podemos deducir que Zapatero no tiene intención de dimitir e incluso piensa que aún puede optar a la reelección.Lo que a Escolar le debe costar mucho admitir, a día de hoy, es que se ha hecho evidente que estamos ante el rotundo fracaso de la política socialista de Zapatero, una política que el propio Escolar ha apoyado con entusiasmo y que ha consistido en negar lo que se nos venía encima, insultando a quienes lo advertíamos, para después minimizar el problema y más tarde confiar en que todo se arreglaría sin hacer nada, por obra y gracia del “amigo” Obama. Montado en esa ilusión -o más bien engaño-, el gobierno ha preferido seguir malgastando el dinero público en plena recesión e incrementando notablemente nuestra deuda. Una deuda que el hijo de Arsenio también contribuyó a minimizar.
Y es que el pasado 5 de febrero Escolar decía en su blog: “La deuda española (55% del PIB) es menos de la mitad de la griega (115%)”, de lo cual concluía que la comparación de España con Grecia era “injusta”. Lo que Escolar no decía es que el PIB español es cuatro veces el PIB griego. Así, en estos momentos la deuda pública de Grecia asciende a más de 300.000 millones de euros y la de España a más de 650.000 millones, una cifra monstruosa que se ve agravada por otro dato: el déficit público de España (16,3% del PIB) supera al de Grecia (13,6%). A eso hay que añadir, además, que la deuda externa neta de Grecia (un 87% de su PIB, cerca de 208.000 millones de euros) es menor que la de España (el 91% del PIB, cerca de 950.000 de euros). Es decir, que somos un país endeudado hasta las orejas. Pero lo más destacable de aquel artículo de Escolar no era la ausencia de estos datos, sino estas palabras que sólo son equiparables en desacierto profético con las repetidas declaraciones de Zapatero diciendo que ya habíamos pasado lo más duro de la crisis:
“A medio plazo, es probable que el problema español desaparezca en cuanto los grandes gatos encuentren otra presa mejor a la que lanzar sus zarpazos.”
En fin, a ver cómo consigue Escolar explicarnos que mantener intacto un Estado elefantiásico con 3 millones de funcionarios, cientos de miles de liberados sindicales y una corte de paniaguados al servicio del gobierno es lo que propone el liberalismo, cuando es precisamente lo que ha alimentado su amigo Zapatero desde que llegó al poder. Dicho sea de paso, entre los más favorecidos por Zapatero ha estado el grupo de comunicación que edita el diario Público, al que ahora le entra un ataque de cuernos al ver como el “rojo” Zapatero se torna en un gris pálido cuando ya no queda más remedio que echar marcha atrás a una forma de gobernar a la que Escolar ha contribuido cuan animadora en un partido de fútbol americano.
Fuente:
outono.net
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