Las medidas tomadas por los ciudadanos el día de la huelga general para protegerse de los piquetes han dejado algún episodio del comportamiento de los enemigos de la libertad. El dueño de un bar de Sevilla fue insultado y agredido por escuchar a Jiménez Losantos.
2010-10-01
libertad digital-esradio
Durante la mañana de la huelga general, el dueño de una cafetería sevillana escuchaba Es la mañana de Federico mientras trabajaba en la barra del bar. Eran las 7.20 horas cuando un cliente pidió de muy malos modos al dueño, José Cordero, que si "podría quitar esa radio de mierda".El hostelero se negó a quitar esRadio y le dijo que "este es mi negocio y pongo lo que quiero". A partir de ese momento, este trabajador tuvo que aguantar una lluvia de insultos, provocaciones, injurias e incluso el lanzamiento de objetos. Todo con un temple y una educación encomiable.
Ante la negativa de quitar esRadio, el intransigente cliente le dijo un larga retahíla de insultos: "eres un impresentable, idiota, eres un hijo de puta, mentiroso". La respuesta tranquila del dueño del bar fue preguntarle: "¿Y usted qué es?".
Suficiente pregunta para que el energúmeno respondiera con argumentos peregrinos. "Soy muchísimo mejor que tú y no puedes tener esta radio aquí, porque estoy consumiendo, idiota".
Del mismo modo, el paciente camarero le instó a no consumir si no se sentía a gusto en el bar. Y el personaje volvió a utilizar la violencia verbal:"Radio de mierda, tú eres un mierda, usted es un mierda. Llamo a la Policía". De nuevo, contestación templada del dueño: "pues hazlo", le dijo.
El cliente siguió con sus ataques y afirmó que "parece mentira (...) tú eres un hijo de puta y un cabrón". ¿Cómo se puede tener esta radio aquí?, por favor, idiota", repitió el hombre.
Un poco cansado, el hostelero le dijo que ponía esRadio porque existe "la libertad de prensa y la libertad de comercio". "¿Libertad de qué?, le contestó el otro, que volvió a utilizar su retahíla de descalificaciones al grito de "tú eres un mierda, fascista de mierda, eres un fascista de mierda".
El dueño le contestó con ironía: "Usted es una persona muy templada y muy maravillosa, ya le veo". "Tú un tonto, un fascista de mierda", le replicó el excitado progre, que se levantó y se fue después de tirarle un bocadillo al dueño. "Yo me voy", dijo antes de salir.
El dueño, encantado con esRadio
Este viernes, Libertad Digital y esRadio se han puesto en contacto con el dueño del bar que afirma que no es la primera vez que se enfrenta a este tipo de gente, que ya le ha pasado en tres o cuatro ocasiones, ahora y cuando Federico Jiménez Losantos estaba en Cope.
Cordero afirmó estar contentísimo con la emisora esRadio y nos informó que él no tiene puesta la cámara habitualmente pero que instaló una de su casa por la huelga general y la posible actuación de los piquetes, puesto que estaba convencido de querer trabajar. Así, "me cubría las espaldas", indicó.
En este sentido, el hostelero dijo al corresponsal de esRadio Sevilla, Carlos Morillas, "estar sorprendido al no tener problemas con los piquetes y sí con este señor". De hecho, ha asegurado que en alguna ocasión ha puesto música si alguien le ha pedido con educación cambiar de emisora. Pero ante esta situación, los modos del personaje le hicieron negarse y aguantar estoicamente mientras escuchaba Es la Mañana de Federico en esRadio.
Hay un refran que dice:
En la mesa y en el juego, la educación se ve luego!
1 comentario:
De un tiempo a esta parte esas pautas de comportamiento estalinista, se han hecho habituales entre un sector muy amplio de la izquierda.
Son gente con una marcada inclinación por la violencia y la violencia es algo que la civilización rechaza.
Donde comienza la violencia la civilización termina.
Esto es lo que hace temible a la izquierda rabiosa: las leyes y el respeto a los demás no existe.
Sus tácticas son las de la violencia física y verbal, sin posibilidades de llevarlos a la negociación, ni a la discusión ordenada.
No hablan, gritan. No discuten, arrojan piedras. No ceden, quieren imponerse. No razonan, insultan.
El asunto es serio porque con cada suceso, la temeridad de esos grupos crece.
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