El disparate económico de la semana han sido sin duda las declaraciones del presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, según las cuales los jubilados dejarán de percibir sus pensiones en 2012, tal y como demuestran hoy todos los estudios actuariales ante la caída vertical de los ingresos. Y frente a esta realidad, un Zapatero que ha conseguido que el 95% del paro europeo se genere en España o a que un tercio de nuestros jóvenes – menores de 25 años – esté sin trabajo, ha decidido recurrir a un expolio sin precedentes: utilizar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social para financiar el gasto publico, algo insólito en el mundo civilizado.
En concreto, y debido a la creciente dificultad para colocar deuda española en los mercados internacionales, estos irresponsables han decidido financiar el despilfarro autonómico y el agujero de bancos y cajas, con la hucha de las pensiones, que se utilizará en la compra de una deuda pública que nadie quiere comprar. Una canallada inimaginable, porque la deuda española no cesa de perder valor, y no existe garantía alguna de que el Estado pueda pagar a su vencimiento.
Pero todo esto no es más que el reflejo de una enfermedad terminal: es imposible mantener el gasto público derivado del sistema autonómico, con cerca de seis millones entre funcionarios, asesores, liberados sindicales y subvencionados, casi uno de cada tres activos (1), a lo que se añade una restricción crediticia salvaje que está aniquilando nuestro sistema productivo. Zapatero afirma diariamente que esto es solo un paréntesis, algo absolutamente falso, primero porque durará diez años o más, pero sobre todo porque cuando termine, habremos retrocedido 30 años en renta y riqueza.
Nos dirigimos hacia una depresión gigantesca, con cotas de desempleo superiores al 25%, a una crisis financiera brutal y a la suspensión de pagos como país. Tanto es así, que ello me obliga a revisar algunas de mis anteriores opiniones.
La primera, el considerar imposible la salida de España del euro, pues cada vez son más los analistas – en el Financial Times, Walt Street Journal, Credit Suisse – que afirman que el hundimiento de nuestras cuentas públicas hará imposible mantenernos en la moneda única. Pero aquí lo relevante no son las opiniones, acertadas o no, sino los hechos, y los hechos son una salida acelerada de inversores nacionales y extranjeros, porque si hace tres meses era lo mismo tener euros en Madrid que en Frankfurt, hoy ya no es así. Y una salida del euro sería catastrófica dado nuestro gigantesco nivel de endeudamiento en esa moneda.
Y la segunda, la supuesta seguridad de los depósitos hasta 100.000 euros. Y es que la situación, a pesar de las mentiras del Banco (del partido socialista) de España ya es inocultable: más de la mitad del sector financiero está quebrado, sigue funcionando temporalmente pero está quebrado, porque el valor de mercado de sus activos – en su mayor parte créditos a promotores, hipotecas y demás basura tóxica - no es ni la tercera parte de su valor contable, y muy inferior a sus deudas que no podrán repagar a vencimiento. Y así las cosas el Banco (del partido socialista ) de España, en lugar de obligarles a explicitar sus pérdidas reales, cerrando aquellas entidades sin posibilidades de sobrevivir y recapitalizando las solventes, promueve el maquillaje indiscriminado de los resultados, y lo que es peor, permite que entidades sin salvación posible, dilapiden inútilmente ríos de dinero público, un dinero que quitan a los parados y a los jubilados (2), y esto, Sras y Sres, es de juzgado de guardia, en el sentido directo de la palabra.
Pues bien, cuando estas entidades quiebren, y varias lo harán en 2009, ¿qué pasa con los depósitos?, en teoría están garantizados hasta 100.000 euros, pero ¿qué ocurre si el Estado no dispone de suficiente dinero en ese momento?, algo cada vez más cercano, dado que la posibilidad de quiebra de España, medido a través de las primas de riesgo (CDS), es cada vez mayor. Pues que ese dinero es suyo, pero no podrá disponer de él, es decir, el corralito.
Y dentro del esperpento semanal, nos encontramos con el colmo de los colmos: el Partido Popular considera razonable la decisión de invertir la hucha de las pensiones en deuda española. Un tal Tomás Burgos, portavoz del PP en estos temas, un irresponsable que no sabe donde tiene la mano derecha, así lo ha confirmado. ¿Pero es que Rajoy se ha vuelto loco?, ¿ es que no le basta el haber dejado sin control a su mayor Caja, dedicándose a luchar dentelladas en lugar de a gestionarla, cuando marcha directa contra los arrecifes? Pero, ¿cómo tenéis la cara dura de afirmar que podéis arreglar España, si sois un hatajo de ambiciosos, incompetentes y cobardes, incapaces de arreglar vuestra propia casa? ¡Váyase Sr. Rajoy!, váyase de una vez, es Ud. un desastre sin paliativos, y llévese a Gallardón, el rey de los impuestos y del endeudamiento, y también a sus espías de sainete.
(1). El número de empleados públicos, liberados y subvencionados, es cuatro veces mayor que la media del mundo desarrollado (OCDE), ningún país puede tener una relación de tres a uno. Esta es la razón fundamental por la que España se encuentra a la cola de Europa en productividad, y es absolutamente falso que España necesite para ello reducir los salarios, algo realmente obsceno cuando la mitad de la población ocupada es mileurista. Lo que se necesita es dividir por cuatro el número de funcionarios, asesores. Liberados y subvencionados.
(2). España es el país de Europa que menos dinero ha dedicado a las familias y más ha dedicado a los bancos, 250.000 millones de euros a los bancos y cajas y 3200 a las familias.
Fuente: ROBERTO CENTENO
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