Jaime I de Aragón, cuando Cataluña no era Cataluña
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Vicent Giner Boira
Si se aportan premisas falsas, el resultado no puede ser la verdad.
Por ello todo historiador ha de ceñirse sin equívoco alguno a aportar
hechos ciertos si después la historia ha de ser exacta y verdadera.
Cuando se narra la historia de la conquista de Valencia es necesario
citar a los pueblos de la Corona de Aragón que capitanearon y fueron
el alma de la citada reconquista. Pero al hablar de Aragón y Cataluña,
la gente mentalmente piensa que entonces eran lo que son hoy ambas
regiones, es decir, Aragón las tres provincias de Huesca, Zaragoza y
Teruel, y Cataluña las cuatro que hoy la conforman. Si ponemos esa
premisa, nos saldrá la historia falsa, porque en el año 1238 Aragón no
era lo que hoy es, sino más, y Cataluña no era lo que hoy conocemos,
sino mucho menos.
El dominio exacto de ambas era el siguiente:
El Reino de Aragón estaba integrado por los territorios que hoy lo
forman más todo lo que es la provincia de Lérida e incluida una franja
grande del río Ebro hasta el mar, que tenía a Tortosa como ciudad
costera. Por lo tanto, podríamos decir que las ciudades importantes
del Reino de Aragón eran Jaca (la primera capital que tuvo cuando aún
era Condado), Huesca, Lérida, Zaragoza, Tortosa y Teruel. Todo eso era
el territorio auténtico del reino cuya corona tenía don Jaime "el
Conquistador".
Y aparte, Cataluña era un pequeño territorio que aún hoy los
historiadores conocen con el nombre de "Cataluña Vella", formado por
unos condados independientes unos de otros, aunque reunidos bajo la
tutela del conde de Barcelona.
Esta división territorial venía desde el mismo momento en que fueron
reconquistadas Tortosa y Lérida a los moros. Ese suceso ocurrió en los
años 1148 y 1149 y sus territorios no fueron incorporados a lo que aún
no se llamaba Cataluña, sino que fueron integrados en el Reino de
Aragón como parte del mismo, igual que ya lo eran las tierras de
Huesca, Zaragoza y Teruel.
La razón remota fue que, estando los Condados de la Cataluña Vella
sometidos al rey de Francia desde antes del año 801, no querían que el
monarca francés creyera que Lérida y Tortosa también le pertenecían
para integrarlos en su "Marca Hispánica" por derecho de conquista y,
para alejarlos de las ambiciones del francés, fueron separados de
Barcelona, creados Marquesados y, unidos al Reino de Aragón, como
conquista aragonesa que eran.
Así, Ramón Berenguer se titulaba príncipe de Aragón, marqués de
Lérida, marqués de Tortosa y conde de Barcelona. Y siendo esos títulos
de marqués de mayor categoría que el de conde, quedaba ya
imposibilitado que estuvieran sometidas al condado de Barcelona;
porque ésto en la Edad Media era tan riguroso como hoy es en el
ejército, donde un capitán no puede estar sometido a las órdenes de un
simple cabo.
Y así estaban integradas en el Reino de Aragón, sin discusión, cuando
Valencia fue conquistada, por lo que las gentes que vinieron de Lérida
y de Tortosa a conquistar Valencia y quedarse luego repoblándola, ni
eran catalanes ni podían serlo jamás, sino aragoneses, por pertenecer
al Reino de Aragón. Tan aragoneses como los que vinieron de Jaca, de
Huesca, de Daroca o de la misma Zaragoza.
Al final del siglo XIII (cuando el rey San Luis de Francia renunció a
sus derechos sobre Barcelona), por una división meramente
administrativa es cuando el rey de Aragón dispuso que Lérida también
podía acudir a las Cortes de Cataluña pero sin dejar de formar parte
de las Cortes de Aragón. Esa independencia que tenía Lérida se debe a
que en ella estaba la única Universidad de la Corona de Aragón y,
siendo ciudad universitaria, convenía que estuviera en las Cortes de
Zaragoza y de Barcelona.
Es tan claro esto que narramos que los leridanos, ya en el siglo XIV,
protestaron de que se les confundiera como catalanes, puesto que ellos
no lo eran. Y está la famosa contestación de Pedro IV, "el del
Punyalet", cuya carta hoy existente está fechada en 22 de mayo de
1337, y en la que el rey se dirige al municipio de Lérida y que
declara que aunque Lérida estuviera en Cortes de Cataluña, les
aseguraba que no pertenecía al condado de Barcelona. Prueba rotunda de
que los leridanos no querían que se les tuviera por catalanes ni estar
sometidos a Barcelona. (Poseo reproducción facsímil del documento).
Así pues este hecho cierto de que en 1238, cuando Valencia fue
conquistada, e incluso cien años más tarde, Lérida y Tortosa eran tan
de Aragón como Zaragoza y no de Cataluña, no debe ser nunca olvidado
por los que escriben o hablan de la historia, porque al hacerse el
cómputo de repobladores, el número abundante de leridanos y tortosinos
que vino a poblar nuestro Reino de Valencia hay que computarlo como
aragoneses siempre, y nunca como catalanes. Y si así lo hacemos, que
es en definitiva computar datos ciertos y verídicos, veremos que el
porcentaje de los que vinieron de la "Marca Hispánica" o condados
catalanes es muchísimo más reducido de lo que nos quieren hacer creer
quienes nunca juegan con la verdad. Y nunca dicen la verdad porque la
odian, ya que ésta les está diciendo a voz en grito que están
falseando la historia y engañando al pueblo.
fuente:
http://elblogdepeazodecock
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