“Las cosas están cambiando en Cataluña”
El gobierno central cree que la respuesta dura a la ofensiva independentista está funcionando.
Una de las primeras cosas que el visitante a Madrid notará estos días son las banderas españolas que engalanan los balcones de la capital (…) lo mismo ocurre en otras ciudades españolas. Es un símbolo de cómo la crisis provocada por la decisión del gobierno regional de Cataluña de organizar un referéndum ilegal según la Constitución española y declarar después la independencia, ha despertado el dormido nacionalismo español, incluso entre el 54% de catalanes que según una encuesta reciente se oponen a la independencia.
Una bandera que por razones históricas se había visto hasta ahora por algunos españoles como divisiva, ha sido abrazada como un símbolo de unidad nacional y desafío ante lo que muchos consideran una crítica injusta en los medios internacionales a la respuesta que España dio al referéndum.
Subestimar la fuerza del sentimiento que la ofensiva por la independencia provocaría entre los catalanes pro-españoles y en otros lugares de España, fue sólo el primero de una serie de errores de juicio que cometieron los líderes separatistas catalanes, cinco de los cuales incluido el antiguo presidente (…) están ahora exiliados en Bélgica. Otros ocho están en prisión con cargos de sedición , rebelión y malversación de fondos públicos.(…)
La creencia de que Cataluña es como la piedra angular de un arco -quítala y el país se desmoronará- ha asegurado un fuerte respaldo público a los estrictos esfuerzos de Madrid para que se respete la Constitución y el estado de derecho, que han supuesto imponer el gobierno directo en Cataluña y convocar nuevas elecciones regionales (…).
Los líderes separatistas catalanes también fracasaron al no anticipar el daño económico causado por su apuesta por la independencia. Desde el 1 de octubre, cuando por un momento pareció como si el Estado Español hubiera perdido el control, 2.276 empresas que representan el 85% de la capitalización de mercado de la región y el 36,5% de PIB regional, han abandonado Cataluña, trasladando su domicilio social a otros lugares de España (…).
En particular, los dos mayores bancos de la región, CaixaBank y Sabadell, han trasladado sus sedes en una apuesta para tranquilizar a sus depositantes. Estos movimientos erosionarán la base fiscal de Cataluña, especialmente si los puestos de trabajo y servicios les siguen. Hablando en un mitin en Barcelona el fin de semana, el presidente Rajoy animó a las empresas a quedarse en Cataluña para evitar causar más daño a la región.
En tercer lugar, los líderes catalanes juzgaron mal la reacción internacional a su apuesta por la independencia. Contaban con el apoyo de otros países de la UE que esperaban que actuarían como intermediarios con Madrid. Pero si los separatistas catalanes han obtenido alguna simpatía popular internacional tras los disturbios con la policía el día del referéndum y tras el encarcelamiento de los líderes catalanes, ni un solo gobierno extranjero ha reconocido la declaración de independencia de Cataluña.
Al contrario, especialmente los gobiernos de la UE se han alineado tras Madrid insistiendo en que es un problema interno que debe resolverse con respeto total a la Constitución española y el estado de derecho. En particular, la UE ha señalado que una Cataluña independiente no podría contar con su entrada automática en la UE o con pertenecer a la eurozona: para otros estados miembro, muchos de los cuales enfrentan amenazas separatistas, se trata también un problema existencial.
Madrid es prudentemente optimista en que gracias a esos errores de cálculo, los separatistas están perdiendo impulso y que los partidos independentistas no lograrán la mayoría en el parlamento catalán en las elecciones de diciembre.
Los ministros españoles destacan que la imposición del gobierno directo y el arresto de los líderes catalanes no ha provocado desórdenes generalizados como algunos habían predicho. También creen que el fracaso de tres partidos independentistas al no lograr un acuerdo para ir juntos a las elecciones como hicieron en 2015, refleja las divisiones tácticas entre separatistas.
También creen que la causa separatista fue dañada por la admisión de la presidenta del parlamento catalán Carme Forcadell en los tribunales la semana pasada, de que ella consideraba la declaración de independencia como “simbólica” y en el futuro respetaría al ley española.
Madrid cree que incluso si los 3 partidos independentistas ganan la mayoría de escaños (…) no todos los partidos desearán continuar con la actual confrontación.
La cuestión crucial es qué ocurrirá si los partidos independentistas ganan la mayoría y optan por continuar la confrontación o siguen adelante con un nuevo referéndum. Los ministros españoles son reacios a contemplar ese escenario, pero resaltan que Cataluña permanecerá bajo gobierno directo de Madrid, que el Gobierno tendrá control total del presupuesto e instituciones catalanas hasta que un nuevo gobierno catalán sea elegido, y [el 155] podría ser reimpuesto si en algún momento ese liderazgo rechazara observar la legislación española.
Lo cierto es que Madrid no se echará atrás en su defensa de la Constitución española y la integridad territorial. De hecho, las banderas que ondean en los balcones españoles sugieren que la mayoría de españoles no esperan menos”.
Doncs el diari neoyorkí té raó: la majoria de catalans volem seguir sent espanyols, el xoc econòmic ha estat nefast per Catalunya i els governs estrangers recolzen la unidad de España. Y si el nacionalismo sigue en sus trece, millones de catalanes estaremos encantados de seguir con el 155.
Dolça i wallstreetiana Catalunya…
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