PROYECTO EN GRANADA CONTRA LA GRIPE "A"
La psicosis de la gripe A abrió una jugosa oportunidad de negocio para los Laboratorios Farmacéuticos Rovi. Sus buenas relaciones con el Ministerio de Sanidad y la Junta de Andalucía, así como el respaldo de Bernat Soria, fueron suficientes para desarrollar un ambicioso proyecto con financiación pública: construir una gran planta en Granada que produjera y comercializara vacunas para España, África y América Latina. Una gran idea, excepto porque la española Rovi no sabe, ni tiene la tecnología adecuada para fabricar vacunas. Y porque su pacto con una empresa estadounidense para que le proporcionara el know-how necesario se derrumbó la semana pasada.
Rovi informó el 30 de junio de 2009 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de la firma de un protocolo con el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Salud y Empresa de la Junta de Andalucía para crear un centro de investigación y producción de fármacos contra la temida pandemia. Ese mismo día, la farmacéutica comunicó a la CNMV “la firma de un acuerdo inicial” con la estadounidense Novavax que le permitiría utilizar su tecnología para fabricar las vacuna contra la gripe A.
Este acuerdo con Novavax permitió a Trinidad Jiménez y José Antonio Griñán publicitar a bombo y platillo que España se disponía a producir sus propias vacunas, y que Granada, en palabras del presidente andaluz, ya no era “sólo la ciudad de la justicia, sino del conocimiento y de la investigación”. Además, Griñán puso este proyecto como ejemplo de la nueva economía sostenible y se mostró convencido de que situaría a España “a la vanguardia del I+D+i”. Por su parte, Jiménez valoró la iniciativa como “un gran paso adelante”, y afirmó que dotaría a España de “suficiencia” en materia de vacunas.
Las diferentes administraciones no tardaron en ponerse de acuerdo para financiar el proyecto. Según consta en la nota de Rovi a la CNMV, “el Gobierno español financiará con un préstamo de 25 millones de euros la creación de una fundación sin ánimo de lucro” para apoyar el desarrollo clínico y otros estudios que conduzcan a la aprobación en la Unión Europea de las vacunas producidas en Granada. Asimismo, la Junta de Andalucía se comprometió a “asumir la mayor parte del coste de la fábrica y del equipamiento que s estima en aproximadamente 20 millones de euros, siendo el resto aportado por Rovi”. El Gobierno andaluz fijó en 12 millones la subvención, incluyendo los terrenos, la construcción del edificio y su equipamiento. Por su parte, la farmacéutica se comprometió a invertir 48 millones de euros.
En busca de un nuevo socio
Pero casi 8 meses después, el proyecto sigue siendo una fantasía. El “acuerdo inicial” de Rovi con la empresa estadounidense saltó por los aires la semana pasada. En realidad, nunca hubo pacto, sino simples “negociaciones”. Así se explica en la nota enviada a la CNMV el pasado 8 de febrero. Juan López-Belmonte, consejero delegado de Rovi, indicó en el comunicado: “No hemos podido llegar a un acuerdo con Novavax en los términos de la colaboración propuesta. Reiteramos nuestro compromiso para seguir adelante con nuestros planes de establecer una planta de fabricación en el territorio español y para este propósito Rovi buscará un nuevo socio. Estamos muy agradecidos al Gobierno español, que ya nos ha concedido un préstamo de 11,9 millones de euros”.
Es decir, el Gobierno y la Junta pagan mientras Rovi busca un nuevo socio extranjero que le aporte toda la tecnología y el conocimiento necesario para desarrollar la planta, que debe estar a pleno rendimiento en 2012, fabricando 6 millones de vacunas al mes. Desde el departamento de comunicación de Rovi se explicó a este diario que la farmacéutica no hace declaraciones al respecto, aunque se confirmó que los planes siguen adelante, a la espera de que se llegue a un acuerdo con otra empresa proveedora, realmente capaz de producir vacunas.
Y es que el posible fracaso de esta iniciativa supondría un duro golpe a la credibilidad de Jiménez, hasta ahora muy valorada por su gestión de la pandemia de gripe, y del ya cuestionado Griñán. Así, el mismo día que Rovi anunció el fin de las negociaciones con Novavax, la Junta de Andalucía aseguró que el proyecto “no corre ningún peligro”, porque hay “muchas empresas internacionales” que cuentan con la misma tecnología. Claro que, por ahora, se desconoce si están dispuestas a compartirla y a qué precio.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/
Rovi informó el 30 de junio de 2009 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de la firma de un protocolo con el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Salud y Empresa de la Junta de Andalucía para crear un centro de investigación y producción de fármacos contra la temida pandemia. Ese mismo día, la farmacéutica comunicó a la CNMV “la firma de un acuerdo inicial” con la estadounidense Novavax que le permitiría utilizar su tecnología para fabricar las vacuna contra la gripe A.
Este acuerdo con Novavax permitió a Trinidad Jiménez y José Antonio Griñán publicitar a bombo y platillo que España se disponía a producir sus propias vacunas, y que Granada, en palabras del presidente andaluz, ya no era “sólo la ciudad de la justicia, sino del conocimiento y de la investigación”. Además, Griñán puso este proyecto como ejemplo de la nueva economía sostenible y se mostró convencido de que situaría a España “a la vanguardia del I+D+i”. Por su parte, Jiménez valoró la iniciativa como “un gran paso adelante”, y afirmó que dotaría a España de “suficiencia” en materia de vacunas.
Las diferentes administraciones no tardaron en ponerse de acuerdo para financiar el proyecto. Según consta en la nota de Rovi a la CNMV, “el Gobierno español financiará con un préstamo de 25 millones de euros la creación de una fundación sin ánimo de lucro” para apoyar el desarrollo clínico y otros estudios que conduzcan a la aprobación en la Unión Europea de las vacunas producidas en Granada. Asimismo, la Junta de Andalucía se comprometió a “asumir la mayor parte del coste de la fábrica y del equipamiento que s estima en aproximadamente 20 millones de euros, siendo el resto aportado por Rovi”. El Gobierno andaluz fijó en 12 millones la subvención, incluyendo los terrenos, la construcción del edificio y su equipamiento. Por su parte, la farmacéutica se comprometió a invertir 48 millones de euros.
En busca de un nuevo socio
Pero casi 8 meses después, el proyecto sigue siendo una fantasía. El “acuerdo inicial” de Rovi con la empresa estadounidense saltó por los aires la semana pasada. En realidad, nunca hubo pacto, sino simples “negociaciones”. Así se explica en la nota enviada a la CNMV el pasado 8 de febrero. Juan López-Belmonte, consejero delegado de Rovi, indicó en el comunicado: “No hemos podido llegar a un acuerdo con Novavax en los términos de la colaboración propuesta. Reiteramos nuestro compromiso para seguir adelante con nuestros planes de establecer una planta de fabricación en el territorio español y para este propósito Rovi buscará un nuevo socio. Estamos muy agradecidos al Gobierno español, que ya nos ha concedido un préstamo de 11,9 millones de euros”.
Es decir, el Gobierno y la Junta pagan mientras Rovi busca un nuevo socio extranjero que le aporte toda la tecnología y el conocimiento necesario para desarrollar la planta, que debe estar a pleno rendimiento en 2012, fabricando 6 millones de vacunas al mes. Desde el departamento de comunicación de Rovi se explicó a este diario que la farmacéutica no hace declaraciones al respecto, aunque se confirmó que los planes siguen adelante, a la espera de que se llegue a un acuerdo con otra empresa proveedora, realmente capaz de producir vacunas.
Y es que el posible fracaso de esta iniciativa supondría un duro golpe a la credibilidad de Jiménez, hasta ahora muy valorada por su gestión de la pandemia de gripe, y del ya cuestionado Griñán. Así, el mismo día que Rovi anunció el fin de las negociaciones con Novavax, la Junta de Andalucía aseguró que el proyecto “no corre ningún peligro”, porque hay “muchas empresas internacionales” que cuentan con la misma tecnología. Claro que, por ahora, se desconoce si están dispuestas a compartirla y a qué precio.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/