El mensaje llegó alto y claro al Gobierno central con la mayor manifestación del agua realizada en Murcia para exigir el mantenimiento del acueducto Tajo-Segura
Quince años de fracasos de la clase política para repartir el agua en España se escenificaron ayer en las calles de Murcia en una manifestación que no pedía más canales y trasvases, sino evitar que se elimine la principal infraestructura hidráulica del país: El acueducto Tajo-Segura Fue como un regreso a través del túnel del tiempo, cuando treinta años atrás otra manifestación recorrió las calles de Lorca y encendió las reivindicaciones de muchos pueblos murcianos para reclamar la llegada las primeras aguas del Tajo. Los políticos de la época sostenían una pancarta que resumía su impaciencia por unas obras que se eternizaban.
Llegaron aquellas aguas. Tres decenios después, ayer, se pide que no se cierre ese grifo, como consecuencia de las reclamaciones de la comunidad vecina, Castilla-La Mancha, que nunca ha digerido el Trasvase Tajo-Segura, que está cansada de dar agua (aunque sea el agua de todos) sin ver resueltos sus problemas hídricos, y que ha encontrado el momento de plantearlo en el Congreso de los Diputados mordiendo en las competencias exclusivas del Estado en la planificación hidrológica.
En ese viaje a través del tiempo, digamos que desde algunos frentes se trata de desmontar el andamiaje hidráulico que tanto costó conseguir.
CRÓNICA DE UN FRACASO
La mayor manifestación para reclamar agua en la cuenca del Segura recorrió ayer Murcia y mostró otro flashback: la manifestación que tuvo lugar en Valencia en marzo del 2003 para reivindicar, también con impaciencia, el inicio de las obras del Trasvase del Ebro. PP y el PSOE murciano estuvieron en aquella marcha, pero no los socialistas valencianos. Ayer sí lo hicieron porque está en juego un trasvase que sí ha funcionado para dinamizar y enriquecer la economía del Sureste. «Agua para beber y para comer», como resumió Javier Arenas.
No se salva nadie. En la recta final de su largo mandato, Felipe González y su ministro José Borrell no encontraron los apoyos necesarios -más bien rechazos y descalabros parlamentarios- para tratar de sacar adelante el Plan Hidrológico Nacional. Los ocho años de José María Aznar tampoco proporcionaron una gota nueva de agua a la cuenca del Segura. Administró el acueducto del Tajo con la generosidad que proporcionó un ciclo húmedo de lluvias. También en la recta final se truncó su proyecto estrella, el Trasvase del Ebro, y dejó además problemas para los abastecimientos.
Mientras tanto, resulta ensordecedor el silencio del Gobierno central y del PP nacional (léase Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy) sobre el futuro del Tajo-Segura. Rajoy no repitió ayer su presencia en Murcia para defender el acueducto, como hizo en julio del 2005, sino que estuvo en la mascletá de Valencia arropando los malos momentos que atraviesa Francisco Camps, quien hizo después una fugaz visita a Murcia.
Muchos ojos de Madrid estaban ayer pendientes de lo que sucedía en Murcia. El mensaje del Levante y del Sureste llegó alto y claro.
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Nota de redacción:
Solo con el agua que el Ebro ha vertido en el mar, se podría haber regado en el Sureste Español durante varios años, ya en la república "la primera gran Infraestructura que se acometió fue la de Construir el primer trasvase, obra que por circunstancias de la guerra civil se paralizo (por falta de medios económicos seguramente) y no se volvió a comenzar (con un planteamiento técnico totalmente diferente) hasta los 70" .
El ministro socialista Josep Borrell, presento al Gobierno de Felipe Gonzalez la idea y el proyecto del trasvase de Ebro al Sureste, pero bastante ampliado ya que incluía "paradas" o desagües en Castellon, Valencia, Alicante Murdcia y Almeria.
Al Cambiar el gobierno los populares retomaron el plan Borrell y modificandolo en algunos aspectos,(siempre para mejorarlo) empezaron las obras, obras que se paralizaron totalmente por el nuevo gobierno socialista, para pagar la deuda contraída con los nazionalistas catalanes, a cambio de apoyo de estos para hundir en infierno al PP, cosa que después de casi 7 años no han solo no han podido conseguir, sino que ahora Zapatero debe de pedir el apoyo del PP si quiere gobernar en Euskadi "ironías de la Vida"