IV. JUICIO A LA CORRUPCIÓN EN LA DELEGACIÓN DE HACIENDA DE BARCELONA.
MÁS SOBRE PRESCRIPCIONES.
Rafael del Barco Carreras
Lunes 21-09-09.
Otra aburrida TERCERA SESIÓN. Tras los 20 abogados de las defensas alegando 5 años para las prescripciones, aguantamos al fiscal y abogado del Estado argumentando los 10, tiempo en que repetían prescribe el delito mayor predominante la “falsedad en documento público”. El Tribunal, después de un receso, entre otras minucias, deniega la posibilidad de no asistencia de los acusados, y se posponen, a petición de dos nuevos abogados, al lunes día 28, la demás PREVIAS. La decisión de la SALA sobre las PRESCRIPCIONES y la minucia de que actúen dos fiscales o el intercambio de abogados. Clave y llave del proceso, EL INSTITUTO DE LA PRESCRIPCIÓN, repetían los letrados.
Volviendo al símil cinematográfico, la escena cuando Eliot Ness (Kevin Costner) rechaza el sobre del concejal, la declaración del contable de Al Capone ante el jurado, y la prepotencia en la Sala del gángster Robert de Niro, no rezan con la España actual. Los concejales no se dedican a comprar policías sino a recalificaciones, los contables no trasiegan dinero (que también), se utiliza Suiza, y a los gángsteres les prescriben las actas de Hacienda, o alargan el juicio veinte años. Y sin JURADOS que deciden la culpabilidad a poco de descubierto el delito sin más que un contable y libro de contabilidad de prueba en juicio oral. JUSTICIA RÁPIDA, se acabó Al Capone.
A propósito la película repuesta en la madrugada del sábado por una cadena local. Lo que no sale en la TELE no existe. Aseguraría que este juicio no pasará al acerbo de la FAMA, fabricada a base de segundos, horas o días de programación en las cadenas nacionales, la TELE única, ocupadísima estos días, meses, y años en BELÉN ESTEBAN y similares, y el resto del tiempo en confundirnos sobre las propuestas y soluciones a la Crisis del Presidente Zapatero.
No habrá guión donde la esposa de un inspector denuncia a su ex marido por preparar su huida a Cuba (levantamiento de bienes) con la nueva compañera cubana, caso Álvaro Pernas, único inspector de Hacienda ya condenado a 10 años. Ni menos nos enteraremos de las exigencias de la nuera de Núñez exigiendo a cuenta del dinero negro. Ni de los yates con apartamentos de lujo (de Núñez y Navarro) ante el puerto deportivo entre Sitges y Vilanova, o los de la nieve a pie de pista en Boi-Taüll para invierno, que disfrutaba el entonces secretario de Hacienda, Josep Borrell, con sus íntimos los jefes e inspectores, Ernesto Aguiar y José María Huguet, comprados acudiendo los tres el mismo día al notario de la Pobla de Segur.
¡Una lástima! Pero tampoco mereció la fama la doble vida del padre de Javier de la Rosa (como no la merece las vacaciones en yate de los hijos, familia, e invitados este verano), y por extensión la obsesión de Javier por gravar y espiar a cualquiera que se le cruzara en sus tan especiales negocios. Su jet cargado de políticos y “azafatas”, y otro alquilado por exceso de invitados, a Manchester a ver el Barsa de Núñez, o detectives persiguiendo a los Albertos, dinamitando sus matrimonios con las Koplovichs. A mí no me gravó en el poco tiempo que conocí a su padre, nada hubiera conseguido, con comprar a mis abogados y a todo quisqui tuvo suficiente. Sus biógrafos cuentan que su entonces despacho en el Banco parecía una sala de exposición de aparatos para aficionados, compartidos con la agencia de detectives de su socio Juan Piqué Vidal. Con seguridad tenía controlado a su padre y sus muchas novias, algunas conectadas a través de la página de contactos de La Vanguardia, o “agencia de modelos”, convertidas en millonarias con mercedes, apartamento en la parte alta de Barcelona, y boutique de moda, que también compró para su hija, secretaria en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona. La vulgar historia de un abogado del Estado que se repite hasta nuestros días en otros funcionarios públicos, políticos y amiguetes inmobiliarios.