Miguel Carcaño, ex novio de Marta del Castillo y asesino confeso de la joven, es conducido ante el juez para un careo con uno de sus cómplices. / DÍAZ JAPÓN
Ayer, al tener noticia de que el asesino confeso de Marta del Castillo se "desconfesaba" para decir que la mató su amigo 'Cuco', el menor de 15 años, cabe preguntarse algunas cosas sobre la instrucción de este sumario. ¿Cómo es posible que sujetos como éste y sus amigos se permitan enredar y confundir a la Policía Judicial y al mismísimo juez? Es una gozosa circunstancia que la tortura y los malos tratos hayan desaparecido de las prácticas policiales, pero, ¿pueden cuatro idiotas morales como estos, uno de ellos de 15 años, resistir la presión psicológica que suponen los interrogatorios, salir indemnes de los mismos, encaminar la búsqueda policial por derroteros alternativos y haber hecho desaparecer el cadáver de la infortunada joven, en lo que parece una calculada estrategia para descargar la acción en los hombros de un menor que no pagará por el asesinato, siguiendo la estela de Farruquito? seguir leyendo >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>