LA VANGUARDIA,
LOS DE LA ROSA Y LOS JIMÉNEZ DE PARGA.
Rafael del Barco Carreras
Caso CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA DE BARCELONA, 1980. Que toda la Prensa barcelonesa iba a por un chivo expiatorio, concretamente yo, lo descubrí desde el primer artículo publicado en Madrid por Cambio 16 el 18-11-1979, inspirado o dictado por José Martí Gómez, el actual Premio Nacional de Periodismo de Cataluña, La Vanguardia. Sin duda buscaban un culpable cuando ya sabían quien era el CEREBRO Y CULPABLE. Pero por diferentes, aunque siempre FINANCIERAS RAZONES, ese culpable no les interesaba. Y se inventaron lo de los “financieros de dudosa reputación”, atribuyéndome quiebras inexistentes (El Periódico), o que yo era el SECRETARIO de Antonio de la Rosa (El Noticiero), e incluso un DIRECTIVO del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (El Correo Catalán), donde jamás había puesto los pies. SE INVENTARON MI VIDA, y creando la OPINIÓN PÚBLICA, mi culpabilidad.
Que Javier volcó el Banco Garriga Nogués en su empeño, cargar a otros la culpa, cuadró con las financiaciones a los socialistas de Serra y Maragall, mis acusadores, y con la necesidad y ambición de periodistas, periódicos, abogados, juzgados y cualquiera que pudiera ni siquiera insinuar que él había tenido algo que ver. Y NADIE LE CITÓ. La interesada premisa de que el hijo no debía pagar por los delitos paternos se convirtió en dogma de fe. Yo declaraba ante el Juez, con piso de Piqué Vidal (abogado de los De la Rosa), y mis declaraciones, ni escritos a todos los Medios, no se publicaron jamás, ni aun 30 años después. La simple citación a Javier, 16-01-81, y su declaración a mis instancias, que hubiera podido cambiar todo el proceso, y merecía un vuelco en la información sobre el caso, además con un Javier, el hijo del principal inculpado huido, ya entonces muy célebre en el Mundo Financiero Español, ni UN COMENTARIO en la Prensa, NINGUNA PRENSA.
Lo sucedido lo he contado, dentro de mis limitaciones, que son todas, por activa y por pasiva, pero a diario revolviendo papeles de entonces se me ocurren detalles, y una simple noticia descubierta en una de mis viejas carpetas, me obliga a más reflexiones. Ver en www.lagrancorrupcion.blogspot.com noticia del PAIS de Mayo de 1980. Y amplío el porqué LA VANGUARDIA publicaba poco o nada sobre el caso económico más importante en Barcelona desde MATESA. Es de tener en cuenta que La Vanguardia era entonces el primer, indiscutido e indiscutible fabricante de OPINIÓN PÚBLICA en Barcelona.
Que los Godó fueran vecinos y amigos de los De la Rosa, no era suficiente para encubrirlos. Que los inundaran de publicidad y créditos a través del Banco Garriga Nogués, me cuadraba más. Pero si además fueran tan culpables como yo, que después de tres años encarcelado me condenan por “encubrimiento por conocer la procedencia ilícita de los dineros de Antonio de la Rosa…”, y por toda prueba aparecen unas sociedades (que yo tenía más con otros socios registradas en el Registro Mercantil) donde en SOLO UNA figura Antonio, al igual que el otro encarcelado y condenado Fernando Serena, su socio en Automóviles Serena… por la misma regla de tres también el Conde de Godó era SOCIO de Antonio de la Rosa Vázquez, o sea, posible “encubridor”. Y lo sabía bien su periodista estrella en temas financieros, Feliciano Baratech (que personalmente me conocía) a “sueldo en negro” de Javier de la Rosa.
Hay más consideraciones, el Bufete Jiménez de Parga, acusador por el Ayuntamiento, abogado de La Vanguardia (con la que terminará mal tras formar parte durante años de su Consejo de Administración, 1992) y del Banesto, propietario del Garriga Nogués (juicio actual por sus relaciones con el juez Pascual Estevill, mi entonces nefasto abogado)… un monumento a la ÉTICA…
Y los “talonarios firmados en blanco” se hallaron en el Consorcio, a mano de los hijos de Antonio de la Rosa, la hija su secretaria y el hijo jefe del Departamento Técnico… y hasta el infinito de “casualidades”… que por lo visto las sabía el TODO BARCELONA, del que yo no formaba parte… de esas casualidades que se transforman en pruebas si un interesado juez de instrucción y abogados “defensores y acusadores” se ponen de acuerdo…
Y HABÍAN DESAPARECIDO desde 1974 al 79 UN MÍNIMO DE 10.000 MILLONES… no 1.100… Y DEL BANCO GARRIGA NOGUÉS 100.000 MILLONES… entonces una disparatada cifra.
Ignoraba entonces en cuantas sociedades intervenía Antonio de la Rosa, muchas por lo que supe después.
El apellidado Barco no les era desconocido, aunque ni de lejos se podría comparar con Javier de la Rosa. Por lo demás la operación de los terrenos se anuló en una entrevista con el abogado del Consorcio, Casanova Senguino, por tratarse más bien de una promesa en la que no medió dinero.
Como digo, y concretamente FELICIANO BARATECH, entonces la estrella de LA VANGUARDIA en temas financieros, me conocía personal y profesionalmente de años atrás por mi gerencia en la CAJA GENERAL DE CRÉDITO, SOCIEDAD COOPERATIVA, y el grupo de empresas de su entorno con abundante publicidad en La Vanguardia.