Una tesis doctoral revela cómo el nacionalismo también se inventa el pasado arquitectónico.
El Dr. Agustín Cócola Gant explica en su imprescindible tesis doctoral cómo los nacionalistas románticos reescribieron la historia monumental de Cataluña según sus ideas, de dalt a baix. “Cuando (…) la burguesía nacionalista (…) se vio ante la necesidad de revisar la historia, seleccionar algunos monumentos y reconstruirlos según la nueva versión del pasado constituyó un requisito inevitable para legitimarse”. Es lo que hizo Puig y Cadafalch inventándose el estereotipo de “casa catalana” que “sirvió como modelo ideal por encima de la realidad documental de muchos edificios”, cambiando el pasado arquitectónico de Barcelona según su patrón preconcebido. La capital catalana tenia que ser una prova del passat gloriós de lanació, porque como doctrinaba Puig y Cadafalch en 1897, “l’arquitectura també serveix per definir els pobles”.
Para Puig la ventana era definitoria de la inmutable “casa catalana”; una ventana tipo ajímez con entremaineles o columnillas exentas, en catalán “coronella”. Pero resulta que de esas ventanas apenas quedaba alguna en Barcelona, y sí en el Levante español. O sea, que la ventana que singularizaba la “casa catalana” era la ventana española.
Para Puig la ventana era definitoria de la inmutable “casa catalana”; una ventana tipo ajímez con entremaineles o columnillas exentas, en catalán “coronella”. Pero resulta que de esas ventanas apenas quedaba alguna en Barcelona, y sí en el Levante español. O sea, que la ventana que singularizaba la “casa catalana” era la ventana española.
Cócola recuerda también como a principios del siglo XX Arnús decía que si Barcelona quería entrar en los circuitos internacionales del turismo había que dotarla de prestigio histórico: había que “planificar el pasado” e inventarse la tradición. Así que por nacionalismo y por turismo entre 1902 y 1927 (cuando la Lliga manda en Barcelona) se formularon los criterios para rehacer el Barrio del Catedral -así se llamaba desde siempre- y convertirlo en Barrio Gótico durante las décadas centrales del siglo XX. El barrio -amurallado hasta 1854- se medievalizó artificialmente y adoptó una apariencia antigua que no poseía. Entre 1887 y 1912 se construyó la fachada de la catedral, y el barrio que la rodea se monumentalizó entre 1927 y 1970. Barri Gòtic? Però si és d’abans d’ahir, escolti.
¿Y cómo se construyó el Barrio Gótico? Trasladando edificios, restaurando restos y recreando el entorno a lo Disneylandia. Lo primero fue demoler 335 edificios entre la plaza Urquinaona y la plaza Antonio López, y abrir la Vía Layetana; la operación duró de 1908 a 1913 y fue financiada por el Banco Hispano Colonial perquè espanyansroba. Casas auténticamente medievales como la de la calle Gignás 47 fueron derribadas, a pesar de que Gaudí la consideraba una “joya arquitectónica”. Los fragmentos juzgados dignos de conservación se desmontaban y trasladaban al Museo del Parch.
Veamos algunos ejemplos de la Disneylandia que nos legó la arquitectura nacionalista, que según Miquel y Badía se proponía “mejorar y embellecer nuestra ciudad hasta convertirla en una cité” (p.84):
¿Y cómo se construyó el Barrio Gótico? Trasladando edificios, restaurando restos y recreando el entorno a lo Disneylandia. Lo primero fue demoler 335 edificios entre la plaza Urquinaona y la plaza Antonio López, y abrir la Vía Layetana; la operación duró de 1908 a 1913 y fue financiada por el Banco Hispano Colonial perquè espanyansroba. Casas auténticamente medievales como la de la calle Gignás 47 fueron derribadas, a pesar de que Gaudí la consideraba una “joya arquitectónica”. Los fragmentos juzgados dignos de conservación se desmontaban y trasladaban al Museo del Parch.
Veamos algunos ejemplos de la Disneylandia que nos legó la arquitectura nacionalista, que según Miquel y Badía se proponía “mejorar y embellecer nuestra ciudad hasta convertirla en una cité” (p.84):
- Catedral. Su frente se había dejado incompleto desde el siglo XV. Manuel Girona pagó toda la obra entre 1887 y 1912.
- Centro Excursionista, en la calle Paradís tras el ábside de la catedral, reformado por Luis Doménech y Montaner. Aparecen los arcos de la fabulada “casa catalana”.
- Casa de los Caldereros (siglo XVI): se trasladó a la plaza Lesseps.
Casa de los Caldereros en la plaza del Ángel (1908) y reconstruida en la Plaza Lesseps |
Puente de la Diputación, que une la Casa de los Canónigo con el Palacio de la Generalitat: lo hizo Juan Rubió en 1928 con estilo gótico florido, extraño al gótico catalán. Sobre la restauración de la Casa de los Canónigos, el informe de los expertos decía que “nos encontramos ante construcciones del todo imaginarias” (p.148). En 1930 se habían cambiado todas las fachadas de la calle del Obispo, salvo la Catedral y el Palacio de la Generalitat (p.180).
- Plaza Nueva (entrada calle del Obispo), incorporan ventanas inventadas de la “casa catalana”.
- Plaza de San Ivo en 1940 y en 1953. El pórtico de la fachada es nuevo.
- Ventana reinventada en la calle Montcada, 15.
Y así prosigue el interesantísimo trabajo del dr. Cócola con innumerables ejemplos de cómo la ideología y el turismo nos cuelan sus inventos hasta en las piedras. A partir de ahora, querido dolço, cuando pasee por el Barrio Gótico piense que toda la vida se llamó Barrio de la Catedral, y que lo que miran los extasiados turistas no es gótico, sino diseño del siglo XX, part de la Catalunya de cartró pedra que tant ens agrada. Y después sonría y tómese una horchata en La Colmena, que és de tota la vida i fan uns bunyols insuperables.
Dolça i disneylàndica Catalunya…
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