La cantante estadounidense se destapa en el 'magazine' de EL PERIÓDICO días antes de actuar en Barcelona
Jueves, 2 de diciembre del 2010
“No me desperté una mañana y creé a Lady Gaga, es lo que yo soy”. Se justifica en la revista Dominical la estrella 2.0. La persona con más seguidores de Twitter (más de 7 millones) y la primera en sobrepasar los mil millones de reproducciones en YouTube. Una de “las 50 personas que importan en el 2010”, según la revista New Statesman.
Portada de 'Dominical'. EL PERIÓDICO
“La fama es que la gente sepa quién eres ¿cuenta en Dominical-, pero a mí me interesaba la idea de que si te comportas de cierta forma, la gente se preguntará quién eres”. Ha conseguido que la gente se lo pregunte a diario. Un día es noticia por los rumores de que es hermafrodita. Al otro, porque la cadena de museos de cera Madame Tussauds va a inaugurar ocho estatuas con su figura. Unas horas después, se anuncia en una universidad un curso titulado Lady Gaga y la sociología de la fama. Al día siguiente, una compañía de productos eróticos saca una muñeca hinchable bautizada como Lady Gag Gag. “La gente habla de mi look o mi marca, pero yo no sé qué significa eso --confiesa--. Para mí, no es un look, es como el zumo de naranja por la mañana”.
Hasta hace unos años era Stefani Joanne Angelina Germanotta, un nombre que permite anticipar varias conclusiones: que viene de familia italoamericana, católica y, probablemente, un poco pija. De hecho, tuvo como compañera de colegio a Paris Hilton. Ahora es la reina de los freaks: “Yo me sentía una freak, de niña. Se reían de mí porque mi personalidad no encajaba. Y pienso que hay muchos chavales ahí fuera que se sienten igual que yo entonces”. Su ambición no se queda corta: “Quiero una exposición de Lady Gaga en el Louvre”.
Dominical también entrevista esta semana al escritor y ensayista Jorge Semprún y repasa la trayectoria del Nobel Mario Vargas Llosa en clave femenina: todas las mujeres de Mario. Además, reúne a famosos y anónimos con un lema común: el Imagine de John Lennon. 30 años después de su muerte, el cantante aún inspira un mundo mejor.
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