Con el dinero que libremente le asignamos nueve millones de españoles a través del IRPF, la Iglesia Católica asiste a más de 200.000 inmigrantes, más de 50.000 menores de educación especial, más de 25.000 huérfanos y más de 57.000 ancianos. Este trabajo se desarrolla en 200 centros sanitarios, 876 casas para ancianos, enfermos y discapacitados, casi 900 orfanatos, más de 300 guarderías, 365 centros educativos especiales, 144 centros de caridad y 300 consultorios familiares y para madres. Además, gracias a ese dinero se apoya la labor de casi 18.000 sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares católicos en 147 países. Por si eso fuera poco, la Conferencia Episcopal Española donó 3 millones de euros a Cáritas en diciembre de 2009, un 66% más que en 2008 (cuando donó 1,8 millones a esa ONG católica).
Traigo a colación todas estas cifras porque ayer Tomás Gómez, dirigente del PSOE madrileño, pidió a la Iglesia que renuncie a parte de su asignación del IRPF, es decir, que renuncie a parte del dinero que libremente le asignamos los contribuyentes para que pueda desarrollar toda esa labor que acabo de señalar. Una labor y unas declaraciones ante las que me asaltan varias preguntas: ¿y qué es lo que hace el PSOE? ¿En qué modo ayuda a los pobres? ¿A qué parte de su subvención va a renunciar para ayudar a los que están pasándolo tan mal?
Las respuestas ya las sabemos: Tomás Gómez ha rechazado que se reduzcan las subvenciones a los partidos, pues según él “es necesaria” y “aseguran su independencia”. Es decir, que le pide sacrificios a la Iglesia pero el PSOE no piensa renunciar ni a un céntimo de las subvenciones que recibe y que pagamos todos, seamos socialistas o no. Un dineral que no ayuda a los más necesitados, sino a mantener coches oficiales, lujosos despachos, campañas políticas para generar tensión y, por supuesto, las comodidades y sueldos de políticos que económicamente están tan bien dotados como la vicesecretaria general del PSOE, Leyre Pajín, que cobra casi 20.000 euros al mes, que es mucho más de lo que algunos ganamos… en todo un año.
De hecho, el mismo día que el PSOE pedía sacrificios a la Iglesia, se publicaba en el BOE que el gobierno socialista acaba de regalar casi 16 millones de euros a los sindicatos y nos enterábamos de que Zapatero acaba de regalar un nuevo cargo de confianza a su primo favorito. Y esto mientras a los menos pudientes nos piden que asumamos sacrificios y pensemos en España. ¿Y esos sinvergüenzas del PSOE aún se atreven a pedirle “austeridad” a la Iglesia? ¿Es que al PSOE no le basta con el dinero público que nos quita para despilfarrarlo y repartirlo entre sus amiguetes, que además quiere quitarle a la Iglesia un dinero que sirve para ayudar a los más necesitados?
Desde luego, el PSOE está perdiendo la poca vergüenza que le quedaba y está demostrando su rostro más cínico, egoísta e insolidario, pidiendo sacrificios a los que menos tienen y a los que ya se dejan la vida ayudando a los menesterosos, mientras el gobierno, su partido y sus coleguillas se niegan a renunciar ni a una sola vicepresidencia, ministerio o secretaría de estado, ni a una pizca de su subvención, ni tan siquiera a un simple coche oficial. Es toda esa banda de chorizos, de sinvergüenzas y de caraduras la que debería pasar a engrosar las filas del paro, y no los cinco millones de españoles a los que Zapatero ha dejado en la calle con su desastrosa política económica.
fuente: http://www.outono.net/
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