Aún recuerdo ese panfleto que anunciaba una concentración el día 15 de Mayo en todas las plazas españolas. Lo que más me sorprendió fue la cantidad de asociaciones de todo tipo y condición que se sumaron a la propuesta. Días antes las noticias hablaban de una importante manifestación de jóvenes en Portugal y sin duda se palpaba el malestar en todos sitios. La etapa más dura de la crisis acechaba con destrozar la cohesión social, daba igual con quien hablaras, funcionarios, empresarios, jóvenes, mayores, de izquierdas de derechas o de arriba o de abajo. Una olla a punto de explotar.
Ese 15M triunfo a medio gas, pero las imágenes de aquellas personas resistiendo en Sol y lo que vino a continuación dio una dimensión totalmente distinta de lo que cabía esperar. Las plazas se llenaron, día tras días, la gente se iba asentando en torno a una idea, YA BASTA, estamos cansado, se hunde el país, ¿Qué están haciendo nuestros políticos?, ¿Por qué tanta impunidad con la corrupción?, ¿Por qué hay tanto sufrimiento? Era un ánimo común, un espíritu colectivo que los más jóvenes nunca habíamos visto, pero que sentíamos como propio, un grito desgarrador ante un presente y un futuro muy oscuro.
“Era un ánimo común, un espíritu colectivo que los más jóvenes nunca habíamos visto pero que sentíamos como propio, un grito desgarrador ante un presente y un futuro muy oscuro”
El movimiento tomo forma, cientos de jóvenes y mayores, estrafalarios y formales, pequeños y bajos, a babor y a estribor, de abajo o arriba o de todos los sitios a la vez. Era un boom totalmente transversal, lo abarcaba todo, o así lo recuerdo yo, aquella jornada de reflexión del día 19cuando me acerque a la plaza del Ayuntamiento de Murcia con mis compañeros de piso y otros tantos amigos. Hablábamos con todos de todo, era un debate intenso con mil colores, pero que siempre apuntaba a la misma dirección, más democracia, más transparencia, lucha contra la corrupción, nos faltaba oxigene, estábamos en rebeldía absoluta y aquella noche nos desahogábamos.
Recuerdo especialmente una conversación con un matrimonio de mediana edad, hablábamos sobre ideología, él decía sentirse más cercano a la derecha y sentía con rabia que esta le había traicionado por corrupta e indecente. Estaba realmente indignado, me hablo de su hijo, que como yo estábamos estudiando y veía su futuro totalmente oscuro. Hubo una frase de aquel hombre que podía ser mi padre que no se me olvidará: “Por primera vez en este país, nuestros hijos van a tener menos oportunidades que las que nosotros tuvimos”, sonó como un mea culpa y un lamento. La noche se hizo muy larga, muchas conversaciones, muchas reflexiones y todas ellas enriquecedoras.
“Por primera vez en este país, nuestros hijos van a tener menos oportunidades que las que nosotros tuvimos”
El 20 de Noviembre de 2011, el Partido Popular gano aquellas elecciones con una mayoría considerable. Los votantes hablaron claro aquel día, querían un cambio de color. Era contundente, la mayoría de los españoles dieron su confianza a Mariano Rajoy para que comandara el desaguisado socialista. Muchos aceptamos ese resultado, por mucho que nos pesará, el juego había sido limpio y tocaba aceptar la voluntad popular. Mi mayor alegría fue ver como aquel partido en el que estaba recién enarbolado obtenía 5 escaños, UPyD, que en aquel tiempo era un partido refrescante que tenía mucho que decir y hacer.
Los días pasaron y aquellas plazas empezaron a perder fuelle, se habían organizado distintas asambleas temáticas y se crearon una especie de grupos de trabajo para intentar recoger aquel impulso. Mis compañeros de piso y algunos amigos continuaban yendo puntualmente a aportar su granito de arena, pero algo empezaba a oler a chamusquina. Cada día venían más descontentos de sus viajes a la Plaza del ayuntamiento, sus conversaciones empezaban a hablar de gente intransigente, de que aquello se estaba convirtiendo en el cortijo de grupos de izquierda radical y que su presencia poco a poco empezaba a estar mal vista.
“No tardaron en aparecer renombrados líderes de la izquierda hablando de la gesta del 15M como la gesta del pueblo, la gesta de la izquierda y finalmente su gesta”
Así fue como un buen día y tras gritarle a una de nuestras compañeras por pensar distinto, todos decidieron volver a sus tareas habituales y abandonar esa plaza que ya no era de todos y cuyos debates tomaban una única dirección, controlada y gobernada por aquellos desocupados que se habían instalado permanentemente ahí. No tardaron en aparecer renombrados líderes de la izquierda hablando dela gesta del 15M como la gesta del pueblo, la gesta de la izquierda y finalmente su gesta. Así un buen día un movimiento plural y transversal fue usurpado, como suele ser habitual, por una turba de izquierdistas radicales. Y un buen día decidieron asaltar las instalaciones de la Televisión Pública murciana insultando y llegando a ejercer casi la violencia física y entonces el 15M quedo enterrado. Los que lo vivimos desde esa pluralidad nos llevamos un precioso tesoro, otros nos robaron lo que era de todos y a día de hoy siguen presumiendo de tan lamentable hurto.
Descanse en paz 15M, hoy hubieras cumplido 5 años.
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