Que nadie se engañe: el resultado del buti2 nunca fue lo importante.
No olviden que 40 años de poder absoluto nacionalista y colaboración de Madrid han llevado al poder en Cataluña a fanáticos secesionistas: en la Gene, un ceballut de Gerona a quien nadie votó y que quiere “foragitar els invasors“; en el Parlament, una activista de la ANC que proclama que la mayoría de Cataluña “no són el poble català“. Su objetivo único y declarado es la secesión, a cualquier precio y cuanto antes. La sociedad civil catalana, yonki de subvenciones, deambula anestesiada.
Depurado el control de la policía –el talibán Forn en vez de Jané, el radical Soler en vez de Batlle-, asegurada la sumisión de los medios vía TV3%/CatRadio y subvenciones a absolutamente todos los medios catalanes, era el momento de dar el acelerón: el nuevo butifarréndum.
El objetivo del separatismo era doble: primero, aumentar la base social atrayendo al centro y la izquierda no nacionalista mediante el truco de vestir de “democracia” lo que era “secesión”; segundo construir una excusa respetable ante el mundo para declarar la secesión. El resultado no importaba pues estaba garantizado (Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como).
Desactivar estos dos objetivos era imposible. Era difícil luchar contra la imagen del voto y las urnas (“només volem votar“), era imposible evitar la intervención policial para cumplir las órdenes judiciales y preservar el Estado de Derecho, era inevitable la foto de la policía requisando urnas por la fuerza.
El 1-O ha ocurrido lo que anticipamos en agosto. Lo cierto es que Policía Nacional y Guardia Civil han hecho un trabajo extremadamente profesional. Sin un solo herido grave. Con mucha mesura y contención, retirando a las personas una a una, protegiendo a los niños de sus padres irresponsables, utilizando la porra sólo para responder a agresiones. En la operación antidisturbios más compleja de la Historia de España (y quizás del mundo), con decenas de miles de móviles grabando, ningún vídeo muestra un celo excesivo y tan sólo han circulado un par de imágenes de personas con cortes, algún dedo roto o contusiones; en ámbitos nacionalistas circulan fotos de heridos sanguinolientos que sencillamente son de hace varios años. Los cientos de heridos que proclama la Gene son simplemente falsos y jamás podrán demostrarse. Varias filmaciones sí han mostrado la agresividad de algunos separatistas que ha dejado decenas de agentes heridos (19 policías nacionales y 14 guardiaciviles) a quienes deseamos una pronta recuperación. En definitiva, un exitazo policial.
L´actitud vergonyosa (facilona, demagógica, nada profesional, y hasta delictiva) dels mossos d´esquadra, aunque esperada -¿por qué no nos hiciste caso y tomaste el control , Rajoy?- ha demostrado que sus nuevos mandos han convertido al cuerpo en una policía política, acoquinada y neochavista. Els mossos han deixat de ser la policía de tots els catalans i potser, en passar dels jutges, no són ja ni tan sols una policía. El cuerpo está dividido y desprestigiado para al menos la mitad de los catalanes.
¿Y todo esto para qué? El nacionalismo ha logrado sus 2 objetivos: la foto propagandística y la excusa para culminar el golpe. La próxima parada es la declaración de secesión. Sucederá esta semana porque todo está previsto y el presidente no votado no va a parar.
¿Qué deberá hacer el Gobierno tarde o temprano? 5 cosas.
1-asegurar la unidad de las fuerzas constitucionalistas
2-tomar cuanto antes el control de los mossos, liberarlos de adherencias políticas y garantizar su compromiso con la Constitución
3-invocar el artículo 155 e intervenir la Generalitat
4-mantener la intervención hasta culminar un proceso de desnazificación (así lo llamaron los Aliados cuando emprendieron la democratización de Alemania) de la Educación y los medios de comunicación que garantice que la nefasta ideología nacionalista queda desterrada para siempre.
5-llegar a un pacto para desactivar el nacionalismo a escala nacional: Valencia, Galicia, País Vasco, Baleares.
¿Será difícil? Menos de lo que parece. Los observadores atentos habrán advertido 3 signos de esperanza que han ocurrido en las últimas 24 horas:
1- en un gesto inaudito y sin hacer caso de partidos políticos, decenas de miles de catalanes se manifestaron espontáneamente en la calle y bajo la lluvia, contra el nacionalismo el día 30. Si suenan cacerolas, suenan también vivas a España; la propaganda política en las calles dura cada vez menos. Los catalanes libres de nacionalismo nos hemos despertado.
2- en otro gesto inaudito, también sin partidos y en todas las ciudades españolas -también en Cataluña- han habido demostraciones espontáneas del deseo de unidad y convivencia. No estem sols.
3- el 1-O se han movilizado los nacionalistas de siempre, ni uno más y seguramente muchos menos. Radicales, militantes y simpatizantes de partidos, grouppies de la ANC, muchos ingenuos. La mayoría de catalanes se ha quedado en casa, estupefacta al comprobar hasta dónde nos ha llevado el nacionalismo.
Catalans, fa només 6 anys la nostra terra era una terra de pau i convivència. Les històries de tensió i violència les veiem per la tele als pobles martiritzats del País Basc. Les famílies, els amics, les empreses, estaven unides i s´estimaven. Ya no. El nacionalismo nos ha traído a casa su fruto podrido, y con él tendremos que convivir mucho tiempo. Cataluña está rota por el fanatismo. La pesadilla de la novela “Patria” se ha hecho realidad en nuestra casa. Ante la impotencia de sus actos, posiblemente el nacionalismo alumbrará terrorismo. Será una lucha larga y triste. Pero son una minoría, muchos menos de los que parece, i guanyarem.
Apuntaba Libération que si cae Cataluña en garras del nacionalismo, caerá España, y si cae España caerá Europa. Als catalans i espanyols tots ens toca defensar Espanya, la democràcia i la llibertat.
Dolça i democràtica Catalunya…
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