¿Por qué Europa se escora hacia la derecha en medio de una profunda crisis económica? El fenómeno no es nuevo: Reagan, Thatcher y Kohl fueron elegidos en los años 80 para sacar a sus países de la depresión provocada por el segundo shock del petróleo, que trajo consigo paro e inflación.
Da la impresión de que existe una especie de reflejo condicionado en los ciudadanos europeos que les inclina hacia la derecha para gestionar la economía en tiempos de crisis. Los resultados muestran que dirigentes como Merkel, Sarkozy y Berlusconi suscitan más confianza que los líderes socialistas de sus países en la oposición y que, por otro lado, los electores han castigado las recetas de Zapatero y Brown.
¿Por qué en España ese giro hacia la derecha ha sido más moderado? Zapatero ha salido mucho mejor librado porque el PSOE ha logrado fidelizar un electorado que nunca ha bajado -con la excepción de las europeas de 1994- del 35%. A pesar de los muchos errores cometidos y de la nefasta gestión de la economía, Zapatero ha hecho reformas sociales que le han proporcionado el voto de un sector de la sociedad que sigue desconfiando del PP.
Las encuestas reflejan que Zapatero es todavía bien valorado por casi un 40% de los ciudadanos, lo que explica que el PSOE haya retenido un 38,5% de los votos, un porcentaje que supera el nivel de apoyo logrado por Berlusconi, Sarkozy y las dos fuerzas democristianas alemanas.
La gran incógnita que se plantea ahora es cómo van a influir los resultados en la política de Zapatero. Según informa hoy EL MUNDO, el presidente ha decidido no introducir cambios sustanciales en su gestión económica, aunque culpa a la crisis de la derrota. El líder socialista apuesta por una recuperación en el plazo de un año, lo que, a su juicio, permitiría al PSOE volver a ganar el respaldo perdido en estas elecciones.
Dicho con otras palabras, Zapatero considera que el Gobierno no ha cometido errores y que, cuando la economía se reactive, podrá capitalizar políticamente el enorme gasto social que está realizando. Su análisis resulta muy arriesgado porque la economía española está peor que la de los países de su entorno y necesita una serie de reformas estructurales que este Gobierno ha ido aplazando.
Ahí están el deterioro de unas cuantas cajas de ahorros que el Ejecutivo va a tener que intervenir o fusionar para evitar su quiebra o la reforma laboral eternamente aplazada pero cada vez más necesaria para reactivar la creación de empleo.
Zapatero quiere un pacto social limitado con la patronal y los sindicatos, pero no desea un gran acuerdo con el PP que le exigiría cambiar el rumbo de la política económica y compartir con Mariano Rajoy los méritos de la recuperación. Sigue, pues, empecinado, atrincherado, erre que erre, en darle una respuesta ideológica a la crisis. Es obvio que el castigo ha sido insuficiente y que plantear ahora una moción de censura en el Parlamento sería estéril. Sólo la cruda realidad de los grandes números le moverá a actuar. Ya veremos si tarde y mal. Todo indica que con este hombre nos queda un duro calvario por delante.
Fuente: http://www.elmundo.es/