Con este libro, Cristina Roda llena esa inexplicable laguna de nuestra historiografía, organizando en diez densos capítulos, una completa información sobre las infraestructuras, instalaciones y mano de obra del Arsenal, sin olvidar el contexto tecnológico y naval.
Rosario Montero ha señalado lo fácil de leer que resulta este libro, un trabajo completo y riguroso, que se lee con interés y agrado, ya que la autora ha sabido en todo momento presentar la información con un orden y una claridad que no siempre se encuentran en obras de estas características.
'Historia e Ingeniería en el siglo XIX, Vanguardia de la Industria Naval en el mediterráneo occidental: El Arsenal de Cartagena', se lanza con un tirada de 500 ejemplares que se venderá en librerías y establecimientos especializados a un precio de 15,60 euros.
Cristina Roda nos informa sobre el esfuerzo modernizador que por aquellos años cambió los veleros de madera por barcos de vapor con casco de hierro. Nos expone los intentos por reconstruir la maltrecha Marina y su definitiva modernización durante el gobierno de la Unión Liberal (1858-1863). Nos habla del trabajo de excelentes ingenieros españoles y del de los técnicos ingleses, de la formación y especialización de la mano de obra, de la difícil convivencia entre trabajadores españoles e ingleses, así como de su actividad social, origen del movimiento obrero en la Región. Por fin, nos cuenta los cambios del final del período, con la decadencia de la actividad y el traspaso del astillero a la empresa privada.
LO QUE CUENTA LA AUTORA
Cristina Roda Alcantud es doctora en Historia, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia y tutora de la UNED en Cartagena, y ha publicado numerosos trabajos sobre la historia de Cartagena y, en particular, sobre aspectos relacionados con su historia naval.
Para la autora, lo más importante de su última obra es destacar lo que supuso para la ciudad la construcción del Varadero de Santa Rosalía, primer dique flotante de hierro del mundo en el interior de un Arsenal, en este caso del de Cartagena. El dique original, que estuvo funcionando más de 100 años, se reemplazó por uno nuevo, pero el varadero sí que continúa funcionando.