El almirante Wilhelm Canaris, jefe de la Abwehr, la inteligencia militar alemana, fue probablemente el más alto rango.
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Comenzó como un firme defensor de Hitler e hizo un excelente trabajo como jefe de la Abwehr desde su nombramiento en 1935, pero en 1939 visitó el frente en Polonia y quedó horrorizado por la destrucción.
Los esfuerzos de Canaris para retrasar, mitigar o quejarse de la brutal actividad del régimen no pasaron desapercibidos, y pronto fue marcado como políticamente poco fiable. Realizó varias misiones clandestinas para buscar en qué términos los Aliados querrían la paz, y Stewart Menzies, el jefe del MI6, lo consideraba un hombre realmente opuesto al régimen, que estaba dispuesto a ponerse en peligro si eso significaba acortar la guerra.
Canaris conoció a su némesis en la forma del jefe SD (servicio de seguridad de las SS) Reinhard Heydrich, un hombre con mucho menos principios y mucho más despiadado. Heydrich quería el control total de la red de inteligencia alemana, incluida la Abwehr, pero Canaris se esforzó en demorar su entrega. Mientras tanto, Canaris estaba emitiendo permisos para sacar a los judíos del territorio nazi ocupado, incluidos quinientos judíos holandeses en 1941.
Himmler finalmente decidió que Canaris no era de fiar. El Abwehr fue abolido y Canaris fue arrestado en 1944. Después de meses de interrogatorio, Canaris fue ejecutado en abril de 1945, solo unas semanas antes del final de la guerra, junto con su subordinado y compañero antinazi Hans Oster, y el teólogo Dietrich Bonhoeffer, quien fue un agente de Abwehr que había usado su posición para transmitir información a los aliados.
Debido a que uno de los judíos que Canaris salvó fue el rabino Yosef Itzjak Schneersohn del movimiento Jabad Lubavitch, el movimiento ha hecho campaña para que Yad Vashem lo reconozca como una Persona Justa, por su valiente trabajo para salvar a los judíos de ser asesinados.
Como español que ama y admira a Polonia, hasta ahora he abordado en este blog heroicos episodios de la historia de ese país. Hoy hablaré de uno muy espinoso que implicó a nuestras dos Naciones.
Las particiones de Polonia y la creación del Ducado de Varsovia
Polonia había sido una de las potencias militares más importantes de Europa central durante los siglos XVI y XVII. En 1683, el Rey polaco Jan III Sobieski y sus famosos húsares alados habían sido determinantes en la derrota de los otomanos durante la Batalla de Viena, un hecho clave de la historia europea (de haberse perdido esa batalla, Europa habría sido dominada por el Islam). Sin embargo, en el siglo XVIII la Mancomunidad Polaco-Lituania entró en decadencia. En 1772 se produjo la Primera Partición de Polonia: Rusia, Prusia y Austria se repartieron varias zonas del país. En 1795 llegó la Segunda Partición, con la que Polonia desapareció totalmente del mapa.Muchos polacos pusieron entonces sus esperanzas de recuperar la independencia de su Nación en la Francia revolucionaria, que tenía por enemigos a las potencias que se habían repartido Polonia. Esta esperanza se fortaleció cuando en 1807, cuando Napoleón firmó con Rusia el Tratado de Tilsit, por el que se creó el Ducado de Varsovia, un estado satélite de la Francia napoleónica que abarcaba gran parte del territorio que tenía Polonia antes de las particiones.
Las Legiones Polacas
Miles de antiguos soldados polacos emigraron a Francia e Italia, formando las famosas Legiones Polacas, que combatieron como aliadas de la Francia revolucionaria en las guerras que se sucedieron desde la Batalla de Brescia (Italia), en 1797, hasta la Batalla de Waterloo (actual Bélgica) en 1815. Muy apreciados por Napoleón y con un notable peso dentro de las fuerzas francesas (el único mariscal no francés del Ejército napoleónico fue el príncipe polaco Józef Antoni Poniatowsk), los soldados polacos combatieron al servicio de Francia desde Rusia hasta Haití, pasando por España. Fue precisamente en tierras españolas donde los polacos al servicio de Napoleón alcanzaron su mayor gloria, aunque la campaña también supuso para ellos muy duros momentos y ciertos reparos, ya que luchaban por la soñada independencia de su Patria apoyando a unos franceses que habían invadido una Nación independiente como España.
Un lancero polaco toma prisionero a un español en la Batalla de Somosierra. Cuadro del pintor polaco Juliusz Kossak (1891).
Una especie de gran remordimiento nacional
Como explicó Jan Stanislaw Ciechanowski en “La visión polaca de la Guerra de la Independencia” (publicado en 2006 la revista “El Basilisco”), “la intervención en España se convirtió por una parte en uno de los múltiples símbolos de los éxitos de las armas polacas, y también por otra, en algunos círculos, en una especie de gran remordimiento nacional”, señalando que en sus memorias, la mayoría de los veteranos polacos de la Guerra de Independencia española estaban de acuerdo en que “lucharon contra un pueblo defensor de su libertad e independencia”. Ciechanowski explica, de hecho, que algunos militares polacos “reconocían la causa de los españoles dimitiendo y pidiendo traslados, como el capitán Michal Wyganowski y el coronel Feliks Potocki, jefe del cuarto regimiento de infantería”. A menudo estas dimisiones -y también algunas deserciones- eran provocadas por los llamamienntos españoles a los polacos. Ciechanowski tradujo un texto en polaco publicado por Józef Załuski en su libro “Wspomnienia” (1976), sobre una proclama dirigida por los españoles a los polacos que servían junto a Napoleón:
“¡Polacos! abandonad vuestros colores, el carmesí y lo blanco, colores del honor y sin mancha. Vosotros mismos privados de la libertad, invadís el país ajeno, católico como el vuestro, para sumirle bajo la esclavitud“.
El merecido prestigio de los soldados polacos
Napoleón envió a España a 20.000 polacos, entre ellos jinetes de la Guardia Imperial, el Primer Regimiento de Caballería Ligera, la División del Ducado de Varsovia (con tres regimientos de infantería) y la Legión del Vístula (con un regimiento de lanceros alanos y tres regimientos de infantería), una fuerza compuesta por veteranos de las Legiones Polacas que habían ganado mucha experiencia en la lucha contra los guerrilleros en Italia. Estas fuerzas demostraron en España que el prestigio de los soldados polacos no era gratuito. La Legión del Vístula se hizo famosa en los dos Sitios de Zaragoza (1808 y 1809). En la Batalla de Fuengirola (1810), una pequeña fuerza de 200 artilleros polacos encabezados por el sargento Józef Zakrzewski fue capaz de vencer a una fuerza anglo española que le superaba en una proporción de 10 a 1.
Polacos y franceses en la cima de Somosierra, con los españoles que hicieron prisioneros. Cuadro “El paso de Somosierra” del pintor francés Horace Vernet.
La heroica carga de caballería de la Batalla de Somosierra
Pero sin duda, el hecho más recordado y más sorprendente lo protagoniz del Tercer Escuadrón del Primer Regimiento de Caballería Ligera, compuesto por 150 jinetes encabezados por Jan Kozietulski: el 30 de noviembre de 1808 cargaron monte arriba en la Batalla de Somosierra, haciendo frente a la artillería y a la infantería española, y logrando alcanzar la cima con numerosas bajas. Esta carga es recordada hoy en día como una de las mayores proezas de la historia de la caballería universal, y por aquella acción Kozietulski fue distinguido por Napoleón con la Legión de Honor. Una placa recuerda hoy en día en Somosierra a los caídos españoles y polacos en aquella batalla.
Jinetes polacos en una recreación de la Batalla de La Albuera de 1811 (Foto: Arsenal.org.pl).
El desagrado de los polacos hacia las atrocidades de los franceses...
Por supuesto, no toda aquella guerra fue heroica. Los ocupantes franceses trataron a la población española con mucha crueldad, protagonizando toda clase de crímenes, pillajes, robos y profanaciones. Kajetan Wojciechowski, lancero de la Legión del Vístula, recordaba tiempo después en sus memorias sobre las atrocidades cometidas por los franceses tras su victoria en Zaragoza: “Los palacios, iglesias y conventos estaban en ruina … ¡de la antigua grandeza no quedó nada, aparte del odio sin límite a los franceses, el cual los españoles agonizando dejaban a sus hijos en vez de una bendición!”Lejos de censurar el odio de los españoles, Wojciechowski lo comprendía: “¿Y cómo la nación española no iba a tener motivos para jurar venganza a los franceses?”, se preguntaba. Ante las atrocidades cometidas por los españoles contra los franceses como venganza, el oficial polaco añadía que “los franceses, con su impiedad, libertinaje e indisciplina de entonces las merecieron”.
El Catolicismo fue un punto de encuentro entre españoles y polacos
A los soldados polacos, procedentes de un país profundamente católico, les disgustaban especialmente las profanaciones y saqueos de los soldados franceses contra las iglesias y monasterios. Los polacos llegaron a plantar cara a sus aliados cuando los franceses intentaron saquear una iglesia en Alcalá la Real (Jaén), en 1810, defendiendo los eslavos el templo. La religiosidad católica de los polacos también llamó la atención a los habitantes de Madrid, pues a diferencia de los franceses (formados en el laicismo y la irreligiosidad surgidas de la Revolución de 1789), los polacos iban mucho a las iglesias y solían rezar, lo que hacía que los españoles les mirasen con más benevolencia que a los franceses. Ciechanowski señala, de hecho, que a muchos polacos les salvó la vida el hecho de llevar crucifijos o medallas de la Virgen colgados al cuello, o el hecho de rezar ante la muerte, pues los españoles no tenían compasión con los prisioneros franceses, pero esos gestos de piedad les hicieron perdonar la vida a muchos prisioneros polacos. Tal fue el caso del teniente Joachim Hempel, un lancero polaco herido en la Batalla de Medina de Rioseco (1808). Al ver su uniforme polaco, que sabía rezar en latín y que llevaba colgado un escapulario al cuello (se lo había regalado una joven española), uno de sus captores gritó: “¡Dejadle en paz, es un polaco!” Los españoles le perdonaron la vida y le llevaron a un convento dominico cerca de Valladolid.
Cuadro “Carga de caballería en el valle de Somosierra”, del pintor polaco Wojciech Kossak.
Ayudando en partos y protegiendo a las mujeres
Hubo hechos que contribuyeron considerablemente a mejorar la imagen de los polacos entre los españoles. Ciechanowski cita la ayuda de los eslavos a una parturienta española durante el ataque a Burgos, y otro caso similar en Briviesca (Burgos), donde un oficial polaco que ayudó en un parte se convirtió en padrino del recién nacido, regalando el oficial a la madre del niño dos imágenes religiosas. El ya citado teniente Hempel salvó cerca de Burgos a un hijo de un Grande de España de morir ahogado en un arrollo. La protección que los polacos daban a las mujeres y sus propiedades fueron hechos recibidos con gratitud. El conde Tomasz Łubieński, uno de los protagonistas de la carga de Somosierra, recordaba que al llegar a Orduña (Vizcaya) ordenó incautar los bienes de los habitantes del pueblo, pero al enterarse de que los bienes incautados eran de los más pobres del lugar, ordenó devolvérselos, recibiendo “gratitud y bendiciones” difíciles de describir. En sus memorias escribió sobre los españoles: “Por lo menos yo nunca podía quejarme de ellos, y aunque no siempre me recibían bien, nunca lo hacían mal; después de unos días de conocernos mejor, siempre nos despedíamos amistosamente de los nuevos conocidos“. Ciechanowski cita el caso de un canónigo de Zaragoza que intentaba estrechar lazos de amistad con un oficial polaco de los lanceros de la Legión del Vístula, Kajetan Wojciechowski, diciéndole:
“¿Por qué los polacos de la misma religión que los españoles, son sin embargo sus enemigos?¿Si hemos alguna vez invadido a vuestro país, cogido vuestras propiedades y destruido vuestra importancia? Decidlo claramente, ¿porqué os sacrificáis por la causa ajena de una manera tan ciega? ¿No podéis caber cómodamente en vuestra tierra, que buscáis el pan donde los franceses? Entonces venid a nuestra casa, os daremos pan y seréis nuestros hermanos”.
Con toda sinceridad, el oficial polaco recordaba: “Fue difícil responder a las palabras sinceras pronunciadas por el anciano”.
Jinetes polacos hablando con un paisano español durante una misión de reconocimiento. Cuadro del pintor polaco Juliusz Kossak (1875).
Las difamaciones de los franceses hacia sus propios aliados polacos
Paradójicamente, buena parte de la mala fama que tenían los polacos entre los españoles de aquel momento ayudaron a extenderla sus aliados franceses. Ciechanowski explica que en Lorca (Murcia) un soldado francés entró en una casa y violó a la hija del dueño. Éste protestó ante el general Horace François Sébastiani, jefe del Cuarto Cuerpo del Ejército francés. Éste, a pesar de saber que el acusado era un francés -por la descripción que había dado la chica-, mandó llamar al coronel polaco Jan Konopka, “amonestándole y acusando a los polacos de ser unos saqueadores y violadores, lo que iba a forzar a los habitantes al levantamiento”, señala Ciechanowski. “El oficial eslavo, tocado en lo más vivo, ordenó presentarse al regimiento, pero la española no reconoció al culpable y cuando vio a los polacos declaró que su malhechor había sido un francés“. Ciechanowski también cuenta otra anécdota ocurrida en el camino de Lorca a Sevilla, cuando el coronel Konopka y su esposa fueron a cenar a la casa de un magnate español. La esposa del oficial polaco se sintió extrañada al ver que no sus anfitriones no les presentaban a sus hijos. La señora de la casa reconoció, entre vacilaciones, que los franceses les habían dicho que los polacos eran unos saqueadores, que lo destruían todo y que eran asiáticos que se comían a los niños. Las difamaciones de los franceses contra sus propios aliados provocaron que cuando éstos llegaron a Sevilla, una delegación de la ciudad pidió al Mariscal Soult que los polacos permaneciesen fuera de la ciudad.
Los testimonios de los polacos sobre los crímenes franceses del 2 de mayo de 1808
Pasados los años, las atrocidades cometidas por los franceses en España aún llenaban de espanto a los polacos que habían luchado en aquella guerra, especialmente las ejecuciones de mujeres y niños españoles. A diferencia de los franceses, los polacos intentaban tratar bien a los prisioneros españoles, e incluso llegaron a salvar a algunos de ser fusilados por los franceses. En algunas ocasiones llegaron a rendir honores a los oficiales españoles capturados. A pesar de ello, las crueldades cometidas por los franceses, y replicadas por los españoles, fueron la nota dominante en esa cruenta guerra. Un jinete polaco, Wincenty Placzkowski, recordaba en sus memorias que el origen de ese odio estuvo en la matanza del 2 de mayo de 1808 en Madrid, afirmando que fue entonces cuando los españoles “se convirtieron en nuestros peores enemigos”. El jinete recordaba así las brutalidades que aquel día: “Fue una imagen horrible, ¡qué llanto y lamentaciones!… Los padres buscan y reconocen a sus hijos, los hijos a sus padres. El marido busca a su mujer, la mujer al marido, el amigo al otro amigo; ¡es difícil describir estos momentos, resultado de la tiranía inhumana!“ Los lanceros polacos participaron en aquellos hechos, pero el capitán Józef Bonawentura Zaluski recordaba al respecto que la simpatía entre polacos y españoles se consolidó tras aquella fecha, pues mientras los franceses y los mamelucos usaron las armas contra los madrileños, los polacos se habían negado a usar las suyas contra el pueblo.
Recreadores polacos del 4º Regimiento de Infantería del Ducado de Varsòvia (Foto: Dobroni.pl)
La admiración de los polacos por la valentía de los españoles
En cuanto a la opinión que tenían los polacos sobre los españoles, era muy dispar y a menudo dependía de la propia situación de los soldados eslavos en esta contienda. Sin duda alguna, la peor opinión se la llevaron los prisioneros de guerra. No obstante, fueron muchos los casos de remordimientos por el hecho de haber combatido a quienes combatían por la independencia de su Patria. El ya citado teniente polaco teniente Joachim Hempel consideraba que la guerra contra los españoles había sido “injusta”. El subteniente Andrzej Niegolewski, que había luchado en la heroica carga de Somosierra, reconoció en sus memorias que los españoles “luchaban por la causa sagrada, es decir la causa de su independencia”. Dezydery Chlapowski, ayudante de campo de Napoleón, dedicó alabanzas a los españoles: “Cada uno de ellos, aunque estuviera herido o descabalgado, se defendía en pie hasta el último golpe, lo que da prueba de que es una nación valiente”. No obstante, Chlapowski distinguía entre el valor del pueblo llano y la actitud de su nobleza: “He conocido a muchos señores españoles y consideré que así como el pueblo es valiente y dispuesto al sacrificio, los grandes (la alta nobleza) son afeminados”. El teniente de lanceros Jan Chlopicki recordaba en sus memorias a una heroína española, llamada Camila, “que como la Virgen de Orleans, llevada por el amor ardiente a la patria, canturreando canciones de guerra, con el estandarte en la mano, inflamaba a los soldados con valentía“.
El recuerdo de aquella guerra en la Polonia de hoy
Con la derrota de Napoleón en 1815 también llegó a su fin el Ducado de Varsovia. Significativamente, uno de los más famosos héroes nacionales de Polonia, Tadeusz Kościuszko, veterano de la Guerra de Independencia Americana, se negó a sumarse a las Legiones Polacas, pues le disgustaba el carácter dictatorial de Napoleón y no creía que el Emperador francés respaldase seriamente la soberanía de Polonia. Kościuszko creía que Bonaparte había creado el Ducado de Varsovia como una mera fuente de recursos para su Ejército, algo en lo que no estaba del todo equivocado: el Ducado llegó a tener unas fuerzas de 100.000 hombres, un ejército muy grande para un territorio con 4,5 millones de habitantes. Gran parte de esas fuerzas fueron diezmadas en las campañas de Napoleón, dejando al Ducado seriamente dañado y económicamente en bancarrota. A pesar de ello, aún hoy en día Napoleón sigue siendo admirado en Polonia, tal vez aún más que en Francia, pues los polacos le consideran como un poderoso valedor de su independencia. El himno nacional de Polonia, la Mazurka de Dąbrowski, es el único himno nacional del mundo que cita a Bonaparte, concretamente en su tercera estrofa:
“Cruzaremos el Vístula, cruzaremos el Varta, Seremos polacos. Nos ha dado ejemplo Bonaparte Cómo debemos vencer.”
En la Plaza del Levantamiento de Varsovia, en Polonia, se inauguró en 2011 un busto dedicado al Emperador francés, obra del escultor Michał Kamieński. La ubicación del monumento no es casual, ya que entre 1921 y 1957 esa plaza recibió el nombre de Plaza de Napoleón.
Sirva esta entrada como homenaje a los españoles y a los polacos que lucharon con honor en la Guerra de Independencia.
En 1.940, inmediatamente después de la invasión de Polonia por las fuerzas rusas soviéticas apresaron a más de 21.000 oficiales del ejercito placo, los llevaron a Rusia y los ejecutaron uno a uno, Las fosas comunes descubiertas por las tropas alemanas conformen entraron en Rusia, lo comunicaron a todo el Mundo. Los primeros en negadlo, fueron los soviéticos, seguidos oh que sorpresa! por los Ingleses alegando solo a propaganda Nazi.
Solo setenta años después el actual gobierno Ruso a reconocido y pedido perdón de manera oficial el genocidio...
Fue uno de los grandes genocidios del Siglo XX, sino el mas grande, posiblemente el mas cruel pues los ajusticiados oían y veían asesinar a sus compañeros, a muchos soldados ejecutores al terminar seles las balas les ordenaban matar a los prisioneros a culatazos.
Este horrendo crimen, lo traigo hoy a este blog, para hacer pensar a todos los lectores sobre los horrendos crímenes y genocidios cometidos en el Siglo XX, con la esperanza, de que no se repitan nunca más!!!
Katyn 1940 (La última carta) Te escribo algunas palabras hoy,
Aunque, lo sé, no las recibirás de nuevo,
Te escribo desde aquí a ti por última vez,
Adiós mi amor, mi tiempo ha llegado.
Todavía sueño los mismos sueños por las noches,
Tú eres la hermosa y joven dama,
Nuestro hijo debe haber crecido, abrázalo de mí parte,
Ahora es aún más difícil irse,
Ahora es aún más difícil irse.
En los momentos como este, realmente quieres vivir.
Todo no tiene sentido, solo para estar vivo,
Pero el buen Dios no dio opción,
Hoy estoy parado al final de mi camino.
Nos ordenaron bajar del auto, está aquí,
Este bosque de birchen es mi tumba,
Voy a suspirar por última vez,
Pensaré por última vez: te amo...
Los contornos de las fosas comunes fueron cubiertos con cuadros de caliza, como lápidas simbólicas.(3)
Desconocido - "Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów / z przedm. Władysława Andersa"
One of mass graves at Katyn, 1943.(5)
Photo : unknown Uploaded by Andros64- "Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów" with preface of Gen Władysław Anders 1946, many editions in Poland before 1994 J. K. Zawodny (1971) Zum Beispiel Katyn, Munchen: Verlag Information und Wissen ISBN 83-7001-296-5Photo from 1943 exhumation of mass grave of polish officers killed by NKVD inKatyń Forest in 1940.(6)
Photo : unknown, probably Polish Red Cross delegation Uploaded by Andros64-"Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów" with preface of Gen Władysław Anders1946, many editions in Poland before 1994 Andrzej Leszek Szcześniak (1989) Katyń: Relacje, Wspomnienia, Publicystyka, Warsaw: Wydawnictwa ALFA ISBN 83-7001-296-5Józef Mackiewicz: Sprawa mordu katyńskiego. Londyn 2009, str. 125 oraz fotografia IX po str. 160. ISBN 978-0-907652-65-6, Photo from 1943 exhumation of mass grave of polish officers killed by NKVD inKatyń Forest in 1940.(7)
Ceremonia de conmemoración de las víctimas de la masacre de Katyn. Varsovia, 10 de noviembre de 2007.(9)
Película completa en español 2.264.070 visualizaciones
Es una película basada sobre los hechos reales. La masacre fue motivada por la propuesta del jefe de la NKVD Lavrenti Beria , de 5 marzo 1940, para ejecutar todos Polacos prisioneros. La propuesta fue aprobada por 5 miembros del politburó soviético. El número de víctimas se estima en unos 25.700. 4.421 Polacos, prisioneros de guerra, fueron fusilados por los guardias del NKVD. Los oficiales superiores, después de una verificación de identidad, fueron fusilados en el sótano de la villa de guardia. Otros fueron ejecutados en otros lugares en Rusia. Del total de asesinados, unos 8.000 eran oficiales hechos prisioneros durante la invasión soviética 17 de septiembre 1939 de Polonia (como aliados de los nazis), otros eran oficiales de la policía, los terratenientes, los dueños de las fábricas, los abogados y los sacerdotes. El padre del director de la película, Jakub Wajda, estaba un de las victimas.
En el período 1939-41 unos 1,7 millones de los civiles Polacos fueron deportados a Unión Soviética, incluyendo las 150.000 personas de edad avanzada, 560.000 mujeres y 138.000 niños que se estima que han muerto de hambre y frío en el camino. La mayoría se dirigieron a 2.500 campamentos en cuarenta complejos de campos de trabajos forzados extendidos a más de 3.000 kilómetros cuadrados de Kolyma a Kazajistán. [3]
El terror sin fin en la noche, los coches verdes de policía NKVD en las calles. Los pueblos enteros expulsados bajo las bayonetas del poder soviético.
Veinte minutos a una hora para empacar, todo lo demás se pierde, con frecuencia las familias separadas en la estación de tren. Los trenes formados por cerca de sesenta vagones cada uno, cincuenta a sesenta Polacos en cada vagón. Cuatro pequeñas aberturas, en lo alto de las paredes. Un agujero de aseo en el piso. [8]
Las puertas están selladas y el tren se aleja hacia el oeste. A través de la terminal ferroviaria se escucha "Serdeczna Matko", ["Piadosa Madre de Todos"], el canto silenciada por los disparos de los guardias soviéticos. [9]
El hambre y la sed constante. Paradas frecuentes, quizá con intervalos de dos o tres días un poco de pan negro y en ocasiones un cubo de pescado o sopa de verduras. Tal vez sólo "kipiatok", la agua hervida. Al menos en un tren, que dejó Polonia el 10 de febrero de 1940, nada, por veintisiete días; el cincuenta por ciento de los Polacos en ese convoy murió en el tren. Por un tren, en 1941, todos los 1650 Polacos congelados a la muerte. [10]
A veces hasta a cincuenta grados bajo cero, y los guardias soviéticos, sus brazos llenos de bebés muertos, llamando a los vagones, "Ningún niño más congelados en allí?" [11]
Muchos de los muertos fueron arrojados de los trenes en movimiento por los soviéticos. Hubo intentos desesperados para enterrar los muertos en algunas de las paradas. Por lo general, los cuerpos fueron simplemente dejados en las zanjas de la vía ferrocarril. [12]
No necesito leer Solzhenitsyn para saber sobre el sufrimiento de Rusia bajo del poder soviético. Cualquier mente civilizada se siente abrumado por la brutalidad enferma y inútil de CHECKA, OGPU, NKVD y KGB; bien catalogado desde la década de 1920. [13]
Desplazamientos de las personas Polacas también fueron tomadas con los mismos resultados por innumerables Rusos bajo el poder soviético.
¿Dónde está el reconocimiento abierto de que la incompetencia soviética significó que tres soldados rusos murieron por cada soldado alemán; y que sólo 20% de los prisioneros de guerra Rusos regresó, por lo general a morir en los campos de trabajo forzado? [15]
¿Dónde está el reconocimiento de los miles de prisioneros civiles Rusos, y los batallones penales Rusos en el ejército soviético, que fueron pujado por los campos de minas para "clarar" los para las tropas soviéticas que siguieron? ¿Dónde está el reconocimiento de que los Rusos, en la ropa oscura sobre la nieve, fueron pujados bajo las armas de la NKVD para atraer el fuego alemán, y conducidos contra alemanes emplazamientos de ametralladoras, ya que más prescindible que las tropas del ejército rojo? [16]
Los soldados soviéticos violaron, mataron y saquearon en su camino a través de Polonia, en 1939, en apoyo de los nazis, y de nuevo en 1944-1945 en apoyo de los aliados.
Para dar un pequeño ejemplo, entre muchos otros actos salvajes , en la ciudad de Grodno, durante la invasión soviética de Polonia en 1939, 130 alumnos Polacos y cadetes fueron asesinados y Tadzio Jasinski, de 12 años de edad, fue atado a un tanque y arrastrado en la calle, por los soviéticos enfurecidos por la defensa de la ciudad por los Polacos. [23]
¿Quién se aseguró de que no hay Polacos en los desfiles de la victoria después de la guerra en Inglaterra? Para no correr el riesgo de molestar a soviéticos.
¿Eran las mismas personas que se aseguran de que, durante la Guerra Fría, la mención de Katyn fue prohibida en las transmisiones de "Voz de América" para la Europa ocupada por los soviéticos? [29]
¿Eran estas personas todavía en el "Establecimiento" en 1971 y 1976, cuando el gobierno británico y la iglesia anglicana se inclinaron al injerencia soviética en los esfuerzos para erigir un monumento a las víctimas de Katyn en Inglaterra? No se debe correr el riesgo de molestar a los líderes soviéticos que siguieron a Stalin. [31]
Mientras estas preguntas son ridiculizadas y sin respuesta, nadie me va a convencer de que el evento que llamamos Katyn no es muy relevante para las maquinaciones políticas de OTAN y ONU que los problemas con ramificaciones internacionales como Israel, Camboya, Yugoslavia y Chechenia, Rwanda, Tíbet y Timor Oriental.
ONU demostró bien su impotencia en esos lugares.
Dejo ustedes con esta pregunta. ¿Si los Nazis no hubieran encontrado y publicado Katyn, lo harían los soviético, o Rusia actual?
Notas:
[1] "The Observer", 6 October 1991, 119 Farrington Rd, London
[2] Ibid; J Zawodny, "Death in the Forest", Macmillan, 1971, pp 199-200, 148 "Moscow News" No's 24 & 37, 1990, English editions.
[3] Allen Paul, "Katyn", Charles Scribner's, New York, NY, 1991, p 112 John Lauck, "Katyn Killings", Kingston Press, USA, 1988, p 19-24 "Moscow News" No 32, 1989, English edition "The Crime of Katyn", facts and documents 5th edition. Polish Cultural Foundation, London 1989, p 236 Joseph Mackiewicz, "The Katyn Wood Murders", World Affairs Book Club, London, 1951?, p 200 J Zawodny, op cit, p 24.
[5] John Lauck, op cit, p 113
[6] "The Crime of Katyn", op cit, p 301-2
[7] Allen Paul, op cit, p 85 et seq
[8] Ibid, p 119
[9] Ibid, pp 33, 122
[10] "The Crime of Katyn", op cit, p 302-3 Allen Paul, op cit, p 180 Nikolai Tolstoy, "Stalin's Secret War", Jonathan Cape, London, 1981, p 13
[11] "The Crime of Katyn", op cit, p 302
[12] Allen Paul, op cit, p 125
[13] Robert Conquest, "The Great Terror- a reassessment", Century Hutchinson, London, 1990.
[14] A Solzhenitsyn, "The Gulag Archipelago", [parts i & ii] William Collins, London, 1980, p 550
[15] Nikolai Tolstoy, op cit, p 282 Dmitir Volkogonov, "Stalin- triumph and tragedy", Weidenfeld & Nicolson, London. 1988, p 505.
[16] "Stalin's Secret War", Nikolai Tolstoy, op cit, p 282
[17] Allen Paul, op cit, p 205 Joseph Mackiewicz,, op cit, p 190 J Zawodny, op cit, p 25 "The Crime of Katyn", op cit, p 237
[18] Joseph Mackiewicz, op cit, p 142-149 Louis Fitzgibbon, "Katyn Massacre", Corgi Illustrated, London, 1977, p 146 et seq
[19] J Zawodny, op cit, p 51 Joseph Mackiewicz,, op cit, p 225-8
[20] J Zawodny, op cit, p 20
[21] John Lauck, op cit, p 252
[22] Ibid, p 250 J Zawodny, op cit, p 126-194 Joseph Mackiewicz, op cit, p 173 et seq "The Crime of Katyn", op cit, p 239-40
[23] Allen Paul, op cit, p 289 J K Zawodny, op cit, p 131 "The Crime of Katyn", op cit, p 300
[24] Joseph Mackiewicz,, op cit, p 143
[25] Author's personal experiences of conditions on his trips to Russia.
[26] Malcolm Muggeridge, "Chronicles of Wasted Time: volume two," William Collins, London, 1973, p 14
[27] J Zawodny, op cit, p 192
[28] Donald Morrison [ed.], "Mikhail S Gorbachev", Time Book, New American Library, 1988, p 202
[29] J Zawodny, op cit, p 186 et seq
[30] Ibid, p 186-8 W Churchill, "The Second World War" Vol 4, Cassell & Co, London 1951, p 678-81
[31] Louis Fitzgibbon, op cit, p 184 et seq
[32] John Lauck, op cit, p 96
[33] A Solzhenitsyn, op cit, p 176-8
[34] Rudolf Gerhardt, "The censorship of propaganda films", "Index", Writers and Scholars International, London, Autumn/winter, 1972. P 84
Créditos: Información y fotografías: (1) De Desconocido - "Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów / z przedm. Władysława Andersa", Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3260890 (2)De Alyeksyey Melkin - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=99142 (3)De Ency - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=99140 (4)De Archiwum Kancelarii Prezydenta RP - Archiwum Kancelarii Prezydenta RP - www.prezydent.pl [1], GFDL 1.2, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2770459 (5)Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3260896 (6)De Photo : unknown
Uploaded by Andros64 - "Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów" with preface of Gen Władysław Anders 1946, many editions in Poland before 1994
J. K. Zawodny (1971) Zum Beispiel Katyn, Munchen: Verlag Information und Wissen ISBN 83-7001-296-5, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3260872
(8)De Photo : unknown, probably Polish Red Cross delegation
Uploaded by Andros64 - "Zbrodnia katyńska w świetle dokumentów" with preface of Gen Władysław Anders 1946, many editions in Poland before 1994
Andrzej Leszek Szcześniak (1989) Katyń: Relacje, Wspomnienia, Publicystyka, Warsaw: Wydawnictwa ALFA ISBN 83-7001-296-5
Józef Mackiewicz: Sprawa mordu katyńskiego. Londyn 2009, str. 125 oraz fotografia IX po str. 160. ISBN 978-0-907652-65-6, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3260880
(9)De User:Mathiasrex Maciej Szczepańczyk - Trabajo propio, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3599765