Nuestro Dolço de Bronze dice lo que piensan millones de catalanes.
Sardà no es nacionalista. Cuando supera
el miedo a parecer “facha” y añade su desenfado provocador roza la
gloria. Así pasó en este memorable vídeo poniendo en su sitio a la Rahola. Y así ha vuelto a suceder en este artículo inexcelsis. Ya saben lo que hicieron los candidatos a la presidencia del Barça; pues miren la decisión que ha tomado Sardà:
“Al ver las imágenes de los cuatro aspirantes a presidente mostrando la camiseta soberanista junto a los candidatos y representantes de una opción política determinada, ya no soy del Barça.
(…) Todos en la declinación de la lista de Mas hacia la independencia
súbita. ¿Qué debe pensar un culé votante de la CUP? ¿Y un culé votante
socialista o de Ciutadans? (…) El Barça ha dejado de ser más que un club para ser vuestro club: una pura estructura d’Estat“.
Y eso que todavía no sabía que Guardiola
se pasa ha vuelto político separatista. Es que el nacionalismo es una
ideología del siglo XIX que somete todos los ámbitos sociales a la
adoración del idolillo lanació; también el fútbol. Pero como dijo Thibon, la idolatría acaba siempre por destruir al ídolo.
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