18     may     2011
La derecha se moviliza en torno al PP en las urnas y sin fisuras, les  guste más o menos su candidato o las cosas que dice y hace.
Según las encuestas de Metroscopia el grado de fidelidad de los  votantes del PP supera el 80%.
A los votantes del PP les puede el rechazo a Zapatero y al PSOE y el  partido de Rajoy no compite contra ninguna otra opción en ese espectro  ideológico. Ni contra la abstención porque no se plantean quedarse en  casa.
Al PP ni siquiera le afecta que listas como la de Valencia la  encabece un imputado por cohecho.
La fidelidad de los votantes del PSOE apenas supera el 40%.
Una parte importante de los votantes socialistas considera que el  suicidio ha empezado cuando Zapatero ha traicionado a la izquierda y por  eso prefieren otras opciones. O la abstención, porque el problema del  PSOE es la falta de movilización de los suyos.
La corrupción, incluso, la del PP, alienta el discurso del “todos son  iguales” y termina por perjudicar más al PSOE.
El PSOE confiaba en que la contundencia de las encuestas, dando por  hecho el triunfo del PP, llevaría a las urnas a los suyos en el último  momento, con más o menos ilusión.
Pero surgen movimientos por el voto en blanco o por la abstención. Y  todos surgen en la izquierda. Ninguno de la derecha.
“Hay dos maneras de que gane el PP. Votándolos o absteniéndose”,  decía en Twitter @GuilleQuero, coordinador del Instituto Andaluz de la  Juventud en Granada.
La derecha se moviliza en las urnas y una parte de la izquierda en la  calle.
Y al PSOE le ha explotado en las manos la movilización de la calle en  los últimos días. Porque le rompe la agenda de campaña que intentaba a  duras penas imponer, porque pone en primer plano el descontento social,  porque le pone en la contradicción que refleja el ministro de trabajo al  hablar de su sintonía con los manifestantes, porque le obliga a  gestionar una situación de inestabilidad social, porque tiene que mandar  actuar por imperativo de la Junta Electoral, porque sepulta el debate  local, porque eclipsa acontecimientos sobre los que quería poner el foco  como el apoyo de Rajoy a Camps…
Hay otra visión más positiva de un candidato del PSOE en municipales:  los que se manifiestan no votan en ningún caso y no se debe confundir  Madrid con el resto de España, donde se sigue hablando de otros temas.
Sirven las manifestaciones para retratar a algunos candidatos como el  alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva (PP), que compara las  movilizaciones con el 11-M y hasta ve detrás la mano de Rubalcaba.  Además de exagerado es errático.
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