domingo, 28 de febrero de 2010

Desde Santiago, Chile. Crónicas después del Terremoto

28-Feb-2010, 10:00


Gracias a tod@s por su preocupación, ánimos y cariño.
Aunque estoy super cansada por haber dormido poco, no quise dejar de venir a agradecer y mostrarles mi experiencia a través de algo que escribí:

Estoy bien; lo peor, pasó.

Fueron momentos interminables, sólo dos minutos, pero fueron eternos...
Sentí el movimiento mientras dormía... yo soy muy tranquila y ante estas cosas, suelo mantener la calma... pero recordé que la señora con la que vivo teme profundamente los terremotos, como la mayorìa, claro..., así es que fui a su cuarto, la tranquilicé, la abracé y la traje conmigo hasta el dintel de una de las puertas y allí nos quedamos abrazadas y yo afirmándome del marco de la puerta. Su perrita, sobre nuestros piès, temblaba...
El ruido era infernal... sonaban los cristales, se oìa el ruido de cosas que caìan rompièndose, las alarmas de los coches y de las casas sonaban sin parar ... pensé por un momento que el edificio colapsaría... te prometo que mientras intentaba mantener la calma, deseé que fuera el fin.

Interminable, eterno, tremendo.

Una vez que terminó lo más fuerte del movimiento, sonó mi móvil. Era mi hijo, pero no fue posible recibir la llamada. Mi teléfono estaba sin señal. Intenté llamarle sin suerte. Líneas colapsadas.
Èl volviò a llamar, no fue posible recibir la llamada otra vez, volví a llamar yo y así. Conclusión, ni él supo de mí ni yo supe de él hasta pasadas cuatro largas horas.
A las 07:30 mi hijo volvió a llamarme y supe que estaba perfectamente bien.
Bocinazos a tutiplén señalaban que los coches intentaban evitar chocar unos con otros pues no había semáforo que funcionase y a esa hora (03:30) la marcha está en todo su apogéo.
Toda la ciudad a obscuras y muda, sólo rompìan aquel silencio las sirenas de los bomberos que ululaban incesantemente indicando que bomberos tuvo mucho que hacer durante toda la madrugada, eterna madrugada...y lo que siguió a ella.
A esa hora, a las 07 y algo, recorrí el piso constatando daños. Tuve suerte, ¡Mucha suerte!; sólo daños menores como vasos y cacharros típicos de cocina en el suelo; la cocina misma, desplazada unos metros; en la sala algunos cuadros y adornos caídos; en el cuarto de baño algo parecido; en mi cuarto la cama se había trasladado no sé cuánto, pero era notorio que estaba en el lugar incorrecto. 
A las 22:00 hora de Chile, -02 AM de España-, la zona donde vivo recuperó la electricidad y fue entonces que me enteré de la magnitud del desastre en Chile que hablaba de más de 300 muertos en todo el paìs sin contar los desaparecidos...
Una ola entró con fuerza a una ciudad cercana al epicentro; otra ola o tsunami asoló la isla de Robinson Crusoe ubicada en el Archipiélago de Juan Fernández...; el Museo de Bellas Artes en Santiago derrumbado, edificios relativamente nuevos, en el suelo; muchas personas sin hogar, sin lo mínimo indispensable para pasar estas amargas horas posteriores al terremoto....
Gracias. Gracias a Dios ni a mi hijo ni a mis herman@s nos ocurrió nada.
Sé que estáis preocupad@s y os lo agradezco mucho.
Lo que se nos viene como paìs es potente, la reconstrucción de muchas historias, el recomponer la ilusiòn de una Nación que, históricamente, ha hecho y hace gala de su solidaridad.
No será tarea fácil, pero sabemos que podremos una vez más.' 
Gracias por estar. Intentaré volver en cuanto me sea posible.
Un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias, gente guapa! 



Johanna Badtke Epple 

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