lunes, 4 de enero de 2010

Me alegra mucho saber que García Lorca murió cristianamente. Bombazo de LA GACETA.

Es una noticia que debe alegrarnos a todos los católicos. Federico García Lorca murió cristianamente.

11:40 | 04 de enero, 2010

Su figura y su asesinato, porque aquello no fue una ejecución, le supuso a Ian Gibson una vida y un suculento medio de vida. Que terminó, esperemos, en la grotesca búsqueda de sus restos donde no había nada.
Y LA GACETA, sin subvenciones y en un pispas, ha descubierto donde están los restos, cosa en mi opinión de escasa importancia, y nos da desconocidos detalles sobre los últimos momentos del poeta.
Entiéndaseme lo de la escasa importancia. La gloria de Lorca no está en una tumba sino en su obra. Y es absolutamente independiente de donde reposen sus restos.
De chapeau sus familiares siempre opuestos al circo macabro que se ha querido montar con sus huesos o con lo que quede de ellos. Si la Junta de Andalucía prosigue en su empeño no dejará de ser gracioso que termine encontrándolos gracias a un periódico de derechas.
Pero ya digo que me es igual que los sigan buscando o no. Lo que me alegra muchísimo es saber que Lorca murió en el seno de la Iglesia, queriendo confesión y rezando el Señor mío Jesucristo. Si, como pienso, la misericordia de Dios alcanzará hasta a no pocos que no la invoquen públicamente en sus últimos momentos, con mucho más motivo a quienes lo hagan. Y un acto de contrición perdona los pecados ante la imposibilidad de confesarlos.
No sé si el conocimiento de esto hará que algunos dejen de considerarle el mito al que lo elevaron. Me es igual. La gran noticia de hoy es saber que Federico García Lorca, gloria de nuestra Literatura, murió en el seno de la Iglesia. Alabado sea Dios.



Francisco José Fernandez de la Cigoña

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