Posted: 22 Jan 2010 02:43 PM PST
Cuando escuché que José Luis Alemán había rodado una película con 13 millones de euros de presupuesto y ni un céntimo en subvenciones, y que además se inspiraba en los siniestros relatos de H.P. Lovecraft, tenía claro que esa peli tenía que apuntármela en la agenda. “La herencia de Valdemar” se ha estrenado hoy, con menos salas de lo que se merece, a decir verdad.
“La herencia de Valdemar” nos sitúa en varios planos de acción que se sitúan en distintos momentos y que tienen su centro en una sorprendente historia ocurrida en el siglo XIX. El director ha querido romper la deriva en la que está cayendo el cine de terror actual, haciendo una película que recrea el ambiente romántico y misterioso en el que se ambientaban los cuentos de autores como Gustavo A. Bécquer y Edgar Allan Poe, además del propio Lovecraft. A decir verdad, el resultado es muy bueno, me ha gustado. De entre los distintos personajes, Francisco Maestre hace muy bien el papel de Aleister Crowley, una de las más siniestras figuras del ocultismo de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, conocido por sus vinculaciones con la masonería y el satanismo y también por su implicación en casos de sacrificios humanos. De él escribió César Vidal en su libro “Los Masones”: “Crowley fue creciendo con un odio profundo al cristianismo, hasta el punto de que, siendo niño, puso a una rana el nombre de Jesucristo, y, acto seguido, se divirtió crucificándola”. Maestre representa muy bien el papel de ese auténtico pirado.
La historia que se nos ofrece en las pantallas tiene la densidad de los relatos del extravagante autor norteamericano, aunque lo mejor nos aguarda en la continuación, pues esta película tiene segunda parte -que se estrenará en octubre-, por lo que tiene un final bastante abierto. Se trata, además, de la obra póstuma de Paul Naschy, un actor que es todo un clásico en las películas españolas de terror. Os la recomiendo. Eso sí, os desaconsejo que vayáis a verla con niños.
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