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Tal y como informa el diario, el palacio seguirá siendo lo que es, después de que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid haya encontrado restos arqueológicos en el subsuelo. La Sociedad General de Autores iba a establecer allí su sede central, no sin polémica, ya que se iba a modificar por completo la obra original del edificio neoclásico, construido por Ventura Rodríguez y fechado en 1795.
La construcción tenía la vitola de Bien de Interés Cultural y declarado monumento histórico-artístico en 1974, pero la SGAE planeaba modificarla añadiendo 9.500 metros cuadrados a los 6.000 ya existentes, publica El Mundo. Además, se iba a trasladar allí el Centro de Estudios e Investigación, la sede de la Fundación Autor, el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) y el Instituto de Derecho de Autor.
La SGAE pretendía, en definitiva, violar los preceptos que defienden ese tipo de edificaciones, y que impiden modificarlas salvo para obras de conservación, restauración y mantenimiento. Bautista tenía planes para, también, construir un auditorio, ascensores donde ahora hay escaleras históricas, y usar las reales dependencias para oficinas, según El Mundo.
La decisión del órgano llega mientras el TS prepara su sentencia. Porque a petición de una agrupación local (Alternativa por Boadilla), el alto tribunal investiga si la adjudicación del Palacio se hizo conforme a la ley, explica El Mundo. Y es que el documento suscrito entre el ayuntamiento de Arturo González Panero, impuntado en el caso Gürtel- y la entidad de Bautista recogía que sólo se haría uso de las instalaciones para "actividades socioculturales".
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