miércoles, 21 de octubre de 2009

El régimen iraní quiere hacer de Neda una «mártir» oficial de la república

La familia de la joven asesinada, símbolo de la «revuelta verde», lo rechaza. Los diputados solicitan procesar al opositor Musavi por «dañar la imagen» de Irán 


Corrían los días de la «revuelta verde», tras las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio. Las que, entre protestas de fraude por parte de la oposición, consagrarían a Mahmud Ahmadineyad para un nuevo mandato al frente de Irán. Días de protestas en la calle. Días de esperanza en la libertad. Y de represión. El rostro ensangrentado en la agonía, los ojos perdidos, la vida que se escapa, la joven Neda Agha-Sultán, alcanzada en el pecho por un francotirador, moría ante la cámara de un teléfono móvil en una calle de Teherán. Internet hizo el resto. La ola verde de la esperanza ya tenía su símbolo. Y desfiló por todos los medios de comunicación del mundo.
Pues bien, el régimen de los ayatolás quiere ganar para su causa el recuerdo de la muchacha asesinada en una protesta. Planea hacer de ella una «mártir» de la República Islámica de Irán. Lo anunció Massud Zarifaban, jefe de la Fundación para los Mártires de Irán. La tesis oficial, esgrimida por Ahmadineyad a los pocos días de la muerte de Neda, es que fue víctima «de una acción planificada por los enemigos del Estado».
Honores oficiales y pensión
Si la joven, por artificio del régimen, es declarada «mártir» oficial, su familia tendría derecho, como las de los todos combatientes muertos o heridos en la guerra contra Irak, o las de los caídos en defensa de la república, a compensaciones económicas y honores oficiales.
La familia de Neda ha rechazado de plano la pensión y los honores. Acaba de anunciarlo el abogado que lleva su caso contra el Estado, Mohamad Adibi. «La familia de Neda aún no ha recibido notificación oficial alguna, sin embargo, su madre afirma que en caso de ser cierto no lo aceptará». Los testigos presenciales, los amigos y los padres de Neda sostienen que fue asesinada de un disparo en el pecho por un miembro de las milicias populares islámicos, los basij.
Y una nueva ofensa para la arrinconada oposición iraní fue la firma, ayer y por parte de más de un centenar de diputados, de una demanda colectiva -dirigida al fiscal general del Estado- contra el líder opositor Mir-Husein Musavi por «dañar la imagen del régimen islámico en el exterior» a través de sus actividades y sus declaraciones públicas durante las protestas que siguieron a las presidenciales, y en las semanas posteriores, informó ayer la agencia de noticias Fars. El anuncio de la presentación del documento fue hecho por uno de los parlamentarios más radicales, Hamid Rasaie.
Por otra parte, y mientras el régimen trata de digerir el mortal atentado suicida que el domingo se cobró 42 muertes, entre ellas las de seis altos mandos de la Guardia Revolucionaria, las autoridades dan una nueva vuelta de tuerca a la represión. Ayer, era condenado por un tribunal revolucionario a doce años de prisión el investigador Kian Tajbakhsh, que tiene la doble nacionalidad iraní y estadounidense, Fue detenido durante los días de la revuelta, acusado de «espionaje» y de «atentado contra la seguridad del Estado». Desde Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, exigió ayer su inmediata puesta en libertad.
 

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