martes, 29 de septiembre de 2009

BRÚJULA DE MEDIOS

La fotos, el "fair play" de ZP, exclusivas "El Mundo" y un vómito.
De todo hubo con la que se montó. Desde los intentos de impedir la difusión al encaje del presidente, pasando por los que descubrieron la pólvora o hablaron cuando tienen que callar.
Sí. Volveríamos a publicar la foto de las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero, mal que le pese a alguno, chivatillo ex opusino incluido, porque tenía interés informativo y humano. Y sí, se volvería a titular con los problemas creados por las hijas del presidente en Madrid y en Nueva York porque lo cierto es que los crearon. Si no que se lo pregunten a los edecanes monclovitas y a los periodistas. Todo, por cierto, con tal de tapar una imagen que finalmente acabó protagonizando la jornada del viernes.

Vayamos por partes. En la madrugada del miércoles al jueves El Semanal Digital publicó en exclusiva que la Agencia Efe se había negado a distribuir una imagen de Laura y Alba escuchando a Barack Obama en la tribuna de Naciones Unidas. La agencia lo explicaba alegando que eran menores. Pese a ello lo consideramos noticiable y tiramos adelante. El jueves por la mañana la Cadena COPE dio la noticia, que a esas horas ya tenía un pico considerable de lectores en este periódico y estaba colgada en diversos foros. Poco después fue Intereconomía quien se hizo eco y, tras un lapsus inicial, señaló la autoría de la exclusiva. Esa misma noche, ya con el fotazo del Metropolitan en marcha, Carlos Dávila la publicitó en La Espuela.

Cuál no sería la sorpresa al ver el viernes que El Mundo incluía dicha noticia, firmada por Marisa Cruz, su enviada especial en la comitiva presidencial, descubriendo una pólvora ya quemada con un día y medio de retraso. Según me cuentan, fue una petición de Madrid después de ver el asunto, una forma de subirse al carro cuando ya estaba en marcha. Probablemente Cruz ya estaba al tanto de lo sucedido con Efe el propio miércoles, pero tal vez no juzgaron interesante la historia hasta ver la repercusión posterior. Tarde, mal y nunca, vaya. Y sin citar, oigan, cosa que sí hizo El País. Más humildad, Pedrojosé, que sabemos de sobra que nos lees.

Del asunto Efe, por cierto, lo llamativo, lo que no se sabe si dan ganas de llorar o de reír, es ver a Alex Grijelmo asegurando que nunca hubieran admitido presiones. ¡Lo que hay que oír! Uno comprende que esas declaraciones de principios quedarán muy bien delante de unos comensales agradecidos en el Hispano de La Castellana. Pero la evidencia es la que es: don Álex Grijelmo se cuadra en primer tiempo de saludo ante el teléfono rojo de La Moncloa. Por otro lado, lo de la censura en Efe no es nuevo, y no sólo en los tiempos del general ferrolano. Habrá por ahí quien pueda dar cuenta, por ejemplo, de cómo nunca se distribuyó una imagen de Carmen Romero rodando por los suelos en una caída en viaje oficial.

Una foto impactante

En cuanto a la foto del Metropolitan, cada cual fue libre de publicarla o no. Público y El País optaron por no hacerlo, cada cuál por sus motivos. La Razón tampoco. ABC y El Mundo le dieron la portada a una foto que, por cierto, ya estaba colgada en los digitales -y no precisamente en la edición de Internet de los grandes diarios impresos- esa misma noche.

Ahora bien, la imagen tenía motivos para ser publicada. Se trata de la primera foto de las hijas del presidente en muchos años y llamaba la atención. Tenía, además, el aliciente de aparecer junto al emperador del Mundo y, sobre todo, de hacerlo con una vestimenta que exteriorizaba una adscripción vital a una subcultura underground. Algo que no se había visto en ningún hijo de los presidentes españoles de la democracia, aunque los habíamos tenido más o menos pijos o macarrillas. No se confundan, como han hecho algunos: no se trata de juzgar a dos adolescentes por ser góticas. Cada uno con su pan se lo coma. Pero las hijas de Zapatero estaban en viaje oficial -y por tanto, pagado con los impuestos de los españoles- y la foto fue tomada por el fotógrafo de la Casa Blanca en un acto, hay que remacharlo, oficial.

Lo más criticable, sin entrar en lo del viaje, es la exigencia de un mínimo de protocolo en un acto de dicho calado. Uno comprende que Zapatero esté dispuesto a saltarse a la torera normas milenarias y a revolucionar España. Pero el protocolo establecido en el extranjero es el que es. Y las botas y las muñequeras no pintaban nada allí.

Sobre todo porque se podía haber optado por otras soluciones para evitar la difusión de la imagen. Si se trataba de tener un recuerdo, hubiera sido tan simple como haber pedido de antemano que la foto fuera privada. O incluso haber pactado dos fotos: una oficial con los dos matrimonios presidenciales y otra privada con las niñas. A buen seguro no habría habido problema con una petición similar. Lo que pasa es que faltó reprise a algunos edecanes de La Moncloa. A lo mejor podría haberlo hecho Juan Cierco, al que tanto le gustan los medios internacionales porque son "más serios" (o menos críticos con su señorito). De todas formas, repito, podrían haber negociado con sus homónimos yanquis. Va en sueldo. Aunque, por lo que se ve, ese día las neuronas no estaban al cien por cien. Al menos hay que reseñar que el presidente tuvo fair play en su comparecencia tras la publicación de las imágenes. La procesión debía ir por dentro. Pero fue buen encajador.

Mucho mejor, desde luego, que algunos portavoces extraoficiales en Madrid, que lamentaron la ruptura del pacto "tácito" de no publicar imágenes de sus hijas. ¿Pero qué pacto? ¿Como el del rey con los editores en los años 80? ¡Por favor!

Vómito de tarde

Eso fue lo que perpetró cierto personaje contra todos los digitales de España, según él mismo, por ser una "puta mierda" y publicar la foto de marras. Dicho ser humano debió tener un lapsus y confundirse con esa cabalgata de los horrores que presenta cada tarde, y que no tiene nada que ver con esa otra en que le pillaron medio en pelotas y con una tajada importante. El caso es que el individuo en cuestión debe llevar muy mal sus traumas y las críticas que recibe por el alto calado intelectual de sus invitados. Ustedes ya me entienden. Cómo será, que cuando la cadena para la que trabaja cerró el anterior espacio con nombre de hortaliza en el que se desempeñaba, lo vendió como una conspiración de censura de todo quisque. La realidad era más prosaica: caída de audiencia y un constante chorreo de dinero en condenas judiciales. Lo curioso es que medio programa se lo daban hecho esos mismos digitales que ahora le gustan tan poco. ¡Pero bueno, si hasta en esta casa le publicamos una entrevista, así como a su compañera! Por cierto, una señora de los pies a la cabeza.
En cuanto a la farándula que se sumó a reir las gracias del akelarre, ¿qué decir? Una tipa cuyo momento estelar consistió en enseñar las domingas en el Nou Camp. Otra cuyo mayor mérito es haber sido cuñada de una folclórica que en paz descanse. Y esa otra, mi favorita, la maestra del periodismo con titular, entradilla y salidilla (que cuenten la anécdota los del ABC de Anson, por favor) cuya valentía se fue por el WC en forma de lágrimas cuando le cayó una condena hace algún tiempo.
Éstos son los que van dando lecciones de ética. Los mismos que no se enteraron de que esa cadena para la que trabajan dio la foto en el programa de la reina de las mañanas, que colocó las imágenes con montajes de Photoshop en su web y cuyo equipo enviado a seguir a Zapatero tuvo un encontronazo con sus fontaneros por enfocar con la cámara a las hijas del presidente.
Así que si queréis hacer listas negras, empezad por Paolo Vasile. A ver si hay bemoles.

Fuente: ESD>>>>>>>>>>>>>>

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