ANDRÉS TORRES
Indignados y degradados. Así se sienten buena parte de los infantes de Marina destinados en las dos dependencias que esta institución tiene en Cartagena a raíz de la decisión adoptada por el ministerio de Defensa, que ha acabado con casi cinco siglos de independencia de la misma.
El Ministerio aprobó a finales del pasado año una orden por la que la Infantería de Marina pierde el carácter de Cuerpo y pasa a ser una Fuerza, lo que implica que a partir de entonces depende de la Flota, en lugar de rendir cuentas directamente a la jefatura del Estado de Mayor de la Armada (Ajema). De este modo, se puede decir que baja un escalón en el escalafón de la Armada. Así, el comandante general de Infantería de Marina tiene como superior inmediato al almirante de la Flota y no al máximo responsable de la Armada, como hasta ahora.
La decisión ha sentado fatal en los acuartelamientos de Infantería de Marina ubicados en Cartagena, el Tercio de Levante y la Escuela 'General Albacete Fuster'. Fuentes de estas unidades afirman que por el momento son únicamente los mandos los que están afectados directamente por este cambio en el organigrama, pero temen que al estar bajo el mando de un marino que no conoce las particularidades propias de la Infantería de Marina, pueda verse afectada la operatividad de las misiones que llevan a cabo.
Las mismas fuentes recordaron que la Infantería de Marina se creó en la primera mitad del siglo XVI y es la institución más antigua de la Armada española.
Piden una rectificación. Además, señalan que a lo largo de la historia siempre han estado en primera línea y que, aún hoy, se recurre a ellos para las misiones internacionales con mayor riesgo.
Por esta razón, la indignación entre los infantes de Marina es aún mayor y sienten que esta degradación no se corresponde con la labor que ha desarrollado y sigue desarrollando el Cuerpo.
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