Tres ediles del PSOE se pasan al Grupo Mixto y dejan al alcalde en minoría Forman parte del grupo que junto al secretario general, que permanece en su cargo, se enfrentó a García Ruiz por discrepancias en la gestión municipal
Reconciliaciones forzosas nunca fueron buenas, dicen los abogados matrimonialistas. Algo parecido ha quebrado la recomposición del Gobierno socialista, reagrupado de nuevo a principios de marzo, tras la crisis que enfrentó a cuatro concejales con el alcalde, José María García Ruiz. Tres de los ediles díscolos -José Luis Caravaca, Olivia Sánchez y Dolores García- solicitaron ayer su baja como militantes socialistas con la intención de continuar en la Corporación municipal como concejales no adscritos. El otro concejal partícipe en el enfrentamiento, Francisco Molero, a su vez secretario general del PSOE local, permanece de momento en el partido y en el Grupo municipal.
Así lo confirmaron ayer fuentes del PSOE local y regional, que añadieron que van a «exigir» a los tres concejales que devuelvan sus actas de concejales, ya que «las obtuvieron presentándose en las listas del PSOE, como socialistas, y en una candidatura encabezada por el alcalde». Las mismas fuentes señalan que «ya se está trabajando en este requerimiento desde las secretarías de Organización y Política Municipal».
A pesar de que los ediles se habían reincorporado a la actividad municipal tras la crisis, en los últimos días ha rebrotado el conflicto a causa del nuevo reparto de las concejalías que el alcalde les retiró por decreto el pasado diciembre. Fuentes del PSOE local destacaron ayer el distanciamiento que han mantenido los ediles ante los ofrecimientos del alcalde para reincorporarse plenamente al Grupo.
La «estrategia» de Molero
Las mismas fuentes consideran «una estrategia» el hecho de que Molero se quede en el Gobierno, ya que de otra manera perdería las riendas del partido, cuyo control ha sido una de las piedras de toque del conflicto desde el principio. La rivalidad entre Molero y el alcalde se hizo evidente el pasado otoño, cuando Molero fue reelegido secretario general del PSOE local en una Asamblea discutida por una parte de la militancia.
A los pocos días fue García Ruiz quien retiró por decreto las competencias a Molero y a Dolores García, mientras que reducía las delegaciones a Caravaca y a Sánchez, en lo que el regidor llamó una remodelación de Gobierno.
Como reacción, los cuatro ediles se declararon en rebeldía con su ausencia en tres plenos consecutivos, en los que dejaron al alcalde en minoría y sin poder aprobar iniciativas como la creación de la Empresa Municipal del Suelo, otra de las fuentes de discusión.
Con la crisis institucional abierta, a finales de febrero acudieron las dos partes a una reunión en la sede socialista de Madrid, donde instaron a los cuatro concejales rebeldes a reintegrarse en el Grupo y en la disciplina de partido, bajo amenaza de expulsión.
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