Hace ya seis años que vine aquí a esta tierra que según una minoría ruidosa pero pequeña no forma parte de España. Para un sueco es difícil comprender que llevar la bandera de tu país automáticamente te convierte en facha o votar a la derecha implica que seas admirador de Franco. En mi país la bandera ondea en muchas casas y para las fiestas nacionales incluso tenemos la tradición cutre de utilizar servilletas con la bandera sueca.
Por eso me resulta tan difícil ver que la gente aquí se avergüenza de aquello que les une y en vez de abrazar la globalización se vuelve más sectaria. Cada día se me hace mas difícil vivir en Cataluña pero no por el clima ni por la crisis, sino por la minoría que he comentado al principio.
Todas las señales, los carteles, la publicidad, etc. están en catalán y para mí eso implica un problema. Además, no quiero que mis hijos en el futuro no tengan la posibilidad de aprender un idioma tan importante como el español, en Suecia lo llamamos español como debe ser.
Por suerte esto no me va a perjudicar tanto ya que por mi oficio tengo la posibilidad de trasladarme a Madrid, lo cual voy a hacer. Los que realmente salen perjudicados por el experimento lingüístico que se está haciendo aquí son los propios catalanes o como yo les llamo los españoles, porque lo son. leer [+]>>>>>>>
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