ÁLVARO GARCÍA MONTOLIU
BARCELONA
Era de esperar que se generase este revuelo si Lady Gaga y Beyoncé se juntaban para hacer un videoclip. Telephone estaba llamado a revolucionar el medio y, por visitas (15 millones en los primeros cinco días), parece que ha hecho diana. Algunos ya se aventuran a compararlo con el mítico Thriller de Michael Jackson. Ambas piezas comparten una extensa duración –unos nueve minutos– y una espectacularidad pasmosa.
Realizado por Jonas Åkerlund, que ha trabajado con artistas como Madonna y U2, Telephone cuenta la historia de dos asesinas con actitudes lésbicas: Lady Gaga y Beyoncé. Cada plano es pura transgresión, un festín de irreverencia. Lady Gaga incluso se atreve a bromear sobre el rumor que la calificaba de hermafrodita. Cuando, al principio de la cinta, entra en una cárcel, unos guardias la desnudan para luego decir: «Te dije que no tenía polla».
El estilismo de Gaga no defrauda. Se pone unas gafas imposibles con cigarrillos, cubre su cuerpo desnudo con cinta policial y lleva un tocado con forma de teléfono. La publicidad de marcas es descarada: maxigafas de Chanel, latas de Coca-Cola light actuando como improvisados rulos, un móvil de Virgin y, claro, una cámara Polaroid, firma de la que es directora creativa.
El videoclip tiene influencias de Thelma y Louise y del cine de Tarantino (la cinta toma prestada la famosa camioneta Pussy Wagon de Kill Bill), pero también bebe del género sexplotation popularizado por Russ Meyer.
Mientras, últimamente, Beyoncé se ha dedicado a negar que estaba embarazada como habían apuntado varios medios, Gaga ha asegurado que su próximo videoclip, Alejandro, no será una secuela de Telephone pese a que este acaba con un «continuará». Por ahora ya se puede ver la primera parodia de la pieza, otra prueba más de su éxito.
