lunes, 1 de marzo de 2010

Desde Santiago, Chile. Crónicas después del Terremoto

Lunes 01 de Marzo de 2010.


La casera se ha portado a la altura recompensando el abrigo de mis bracitos llevándome ayer domingo a comer a lo de su hermana.
Linda zona de Providencia -comuna o barrio de lo más hi-jai-pija- con calles tan lindas como la mía -que está en Las Condes- plagadas de verdes y enormes árboles que en esta época son de agradecer por los calorazos que aún no quieren abandonarnos.
Mi buena casera tiene problemas para caminar por tantos años que lleva a cuestas y por un sobrepeso que la ralentiza no obstante es de un coqueto que pa' què.
Me subí a sendas sandalias con piel de víbora -de mentira ya que ecologista soy de corazón-, me enfundé en mis queridos y cómodos jeans o vaqueros descoloridos que en lugar de ser azul celeste se ven casi blancos de tanto lavarlos; una camiseta rojo sangre para levantar el ánimo y algo más en la población, -meneada por los ocho coma ocho grados del señor Richter aquél,- que dejaban a la vista mi voluptuosa humanidad que, producto de tanta emulsión han crecido más de lo deseado y que nadie ha podido disfrutar aún.
Para no ser tan insolente cubrí todo aquello con chaqueta de lino igual color, más discreta que monja de claustro llegamos a casa de nuestros anfitriones domingueros.
Eva, como la primera sobre la faz de la Humanidad e Iván, el Terrible, nos abrazaron con emoción.
Ella cubierta de coloridas ropas, joé, si ésto parece romería a la Virgen con tanto coló'.
Èl, su hijastro, con camiseta musculosa dejando a la vista sus 2ceps y 3ceps, ¿por què las matemáticas aparecen en los brazos de los adoradores de las máquinas de musculación?
Picotéos varios a las 14 horas regados con gùisqui de importación. Recordé mis mejores tiempos en las España's viendo la mesa cubierta de coloridos platos.
Pasamos al comedor Porotos Claros, o como se llamen, que estuvieron riquìsimos regado todo ésto con vino blanco de gran bodega. Apio/palta o aguacate más rúcula con olive oil. Los postres fueron el corolario de senda comilona: marshmallows, helado de piña y patatas dulces/boniatos regados con salsa de arándanos.
Vuelta a la terraza a seguir con el deporte del 'chùpin'.
Entre copa y copa nos quedamos Eva y yo. El Terrible y mi casera cada uno a una habitación siguiendo las últimas news del pillaje vergonzoso de que estaban siendo víctimas algunas ciudades del sur del paìs.
Por suerte Bachelet aún en el poder, atinó, 'A-Tina Turner', le habría aconsejado alguno de sus segundos de a bordo y ella promulgó Toque de Queda a toda esa Región.
No era tiempo de tocarse unos a otros, no; ¡Vàlgame Dios! que a ese tren me subía yo.
Se trataba de que había que tocar trompeta de repliegue a las 21:00 que si no, tós pa' prisión.
 Una y otra vez llenamos de gûiscacho las copas y mi anfitriona se emborrachó. En su embriaguez me ofreció financianciamiento para dedicarme a la cocinería a domicilio. Mi casera me desalentó hoy al confirmar que esa generosa oferta no iba a prosperar, así es que siguiera cargando mi Sino de mendicidad, con el que me iría mejor.
Mi hijo preferido ha anunciado en Facebook que está recolectando ropas, medicinas y lo que sea para llevar a la zona sur del país pues irá en ayuda de la gente más desafortunada. Gran chico es mi Rubén.
Hoy es el día D.
Debo cumplir con mi obligación y no sé dónde echar mano. Así las cosas, me pondré en movimiento a ver si oxigeno mi cerebro y encuentro la soluciòn...

Kisses for you, o lo que es lo mismo, ¿cuándo dices que me escribirás?

Ich bin Johanna Badtke Epple, Mitten in dem Ozean... und jetzt was?







Descubriendo a un líder

 Posted: 19 Feb 2010 12:19 AM PST

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Aunque Aristóteles en “La Política” escribió algunas barbaridades de gran calibre, hay algo que suscribo de su el capítulo primero: “el hombre es un ser naturalmente sociable”. Nuestra condición nos empuja a buscar el contacto con otros seres humanos para encontrarnos a nosotros mismos. De hecho, una de las cosas que más acusamos -de todos los males que nos visitan de vez en cuando- es la soledad. A menudo el temor a la soledad nos lleva a no dar un paso arriesgado por temor a provocar el rechazo de los demás y a quedarnos aislados de nuestro entorno. Aunque nos jactemos de no dar importancia al “qué dirán”, la verdad es que nos importa y mucho. Es por eso que muchas personas se pasan la vida esperando a que otro dé ese primer paso e incluso a que se sumen algunos más, antes de arriesgarse a darlo ellos.

Esta actitud ante las cosas de por sí no tiene nada de censurable. A fin de cuentas, el miedo a una amenaza es lo que nos hace precavidos. De hecho, la valentía es una virtud admirada pero que muchos no se pueden permitir, porque un acto de valor expondría a sus familias o amigos a posibles calamidades. En las situaciones de opresión o de dificultad ese escenario es el más común. En los momentos adversos es un sueño muy común pensar en un líder que nos dirija, que se atreva a dar el primer paso.
A menudo se habla de la necesidad de un líder político valiente, que tome las riendas y sea audaz, y también de líderes sociales, ya sean formadores de opinión en medios de comunicación, en movimientos sociales o en el ámbito religioso. Obviamente, es positivo que en toda sociedad haya personajes públicos que den buen ejemplo. Sin embargo, creo que a veces nos ensoñamos demasiado con la idea de una persona valiente, un héroe o una mente privilegiada que nos va a sacar del atolladero y a guiarnos hasta un paraíso terrenal. Al fin y al cabo, los líderes son seres humanos como nosotros, con defectos y debilidades. Bien está seguir el buen ejemplo de una persona virtuosa, pero sin olvidar que todos -incluso los líderes- metemos la pata con frecuencia.
Creo que en momentos de dificultad como éstos no hemos de centrarnos tanto en esperar a un líder que nos guíe como en atrevernos a dar nosotros ese primer paso. Y por supuesto, no me estoy refiriendo sólo a cuestiones políticas, y digo esto porque es frecuente reducirlo todo a una cuestión de ideologías y bandos. Hay quien da ese paso cada día, superando las dificultades más cotidianas y asumiendo retos tan difíciles como fundar y mantener a una familia. Algunos dan el paso yendo a colaborar en labores de diversa índole, entre ellas algunas muy necesarias ahora que la pobreza y el paro causan tantos estragos. Y por supuesto, hay gente que también da ese primer paso en la política, y no tiene que ser afiliándose un partido. Dar ese paso en política es, por poner un ejemplo, atreverte a dar tu opinión sobre un asunto público escribiendo una carta al director de un periódico.
Podría dar miles de ejemplos de personas que, en el fondo, son “líderes” y no se dan cuenta de ello. Se han atrevido a dar pasos arriesgados con fines muy nobles como servir a los demás, y con esto incluyo a quienes lo dejan todo cada día por mantener y alimentar a sus familias. Así que la próxima vez que alguien te diga que tu país -el que sea- necesita un líder, mírate a un espejo y piensa si, en el fondo, tú puedes dar ese paso valiente en cosas grandes o pequeñas (es muy atrevido valorarlas de una forma u otra en función de su repercusión pública, ¿o acaso es menos valiente una madre que trae a un bebé al mundo que un político que da un discurso atrevido en un foro público?). En fin, que a lo mejor tienes un líder en casa y no te habías enterado. Tal vez sea hora ya de que lo descubras y te atrevas a dar ese paso.


EL HUMOR EN EL MUNDO

Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilaciones (Jean de la Bruyère)

OPINIÓN-RICARDO






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