lunes, 8 de febrero de 2010
Los 'na´avi' de la India piden ayuda a James Cameron
Dos miembros de la tribu Dongria. |
Jason Taylor
Jason Taylor
Miguel Ángel Gayo Macías | Nueva Delhi
Actualizado lunes 08/02/2010 12:40 horas
Representantes de la tribu india Dongria Kondh han pedido ayuda al director de cine James Cameron, por medio de un anuncio a toda página en la revista 'Variety'. En él, un mensaje dirigido al director de 'Avatar' le piden que "vea su película" y que de esta manera compruebe cómo su historia es muy parecida a la de la raza 'na´avi' que aparece en el filme. "Nosotros hemos visto su película; ahora vea usted la nuestra", concluye el anuncio.
En la página web de Survival puede verse el mini documental que narra la lucha de los Dongria por evitar que una empresa minera destruya la montaña que ellos consideran sagrada y que les sirve de hogar.
El proyecto de Vedanta es objeto de una intensa polémica que incluso ha llevado a la Iglesia de Inglaterra a vender su participación en este negocio por "razones éticas". En un comunicado publicado hace tres días, la Iglesia anglicana aseguraba: "No estamos satisfechos con el nivel de respeto a los derechos humanos que Vedanta ha mostrado".
"Si exceptuamos los lemures de colores, los caballos de seis patas y los androides, la historia de este pueblo es igual a la de los 'na´avi', afirma el director de Survival Internacional, Stephen Corry. "Como los 'na´avi' de 'Avatar', los Dongria Kondh también se encuentran en peligro al ver cómo sus tierras están a punto de ser destruidas por una empresa que no se detendrá ante nada para conseguir sus objetivos".
La tribu Dongria habita las colinas Nyamgiri desde tiempos inmemoriales, y se hacen llamar a sí mismos "los protectores de los ríos". Sus aproximadamente ocho mil miembros se dedican a la agricultura a pequeña escala y han rechazado la compensación ofrecida por la compañía minera. "Si nos echan de nuestra montaña perderemos nuestra identidad, nuestro pasado y nuestro futuro. Al principio podríamos nadar en dinero pero pronto nos convertiríamos en mendigos desarraigados.
"Avatar es fantasía… y real", dice el anuncio de 'Variety'. "Ayúdenos, señor Cameron”".
En la página web de Survival puede verse el mini documental que narra la lucha de los Dongria por evitar que una empresa minera destruya la montaña que ellos consideran sagrada y que les sirve de hogar.
Una mina poco ética
Hace años que la empresa Vedanta proyecta construir en la región de Orissa, en el este de la India, na mina de bauxita. El multimillonario indio Anil Aggarwal, propietario mayoritario de Vedanta, es célebre en este país por su origen humilde, pues durante su niñez tuvo que dedicarse a vender chatarra para sobrevivir.El proyecto de Vedanta es objeto de una intensa polémica que incluso ha llevado a la Iglesia de Inglaterra a vender su participación en este negocio por "razones éticas". En un comunicado publicado hace tres días, la Iglesia anglicana aseguraba: "No estamos satisfechos con el nivel de respeto a los derechos humanos que Vedanta ha mostrado".
"Si exceptuamos los lemures de colores, los caballos de seis patas y los androides, la historia de este pueblo es igual a la de los 'na´avi', afirma el director de Survival Internacional, Stephen Corry. "Como los 'na´avi' de 'Avatar', los Dongria Kondh también se encuentran en peligro al ver cómo sus tierras están a punto de ser destruidas por una empresa que no se detendrá ante nada para conseguir sus objetivos".
La tribu Dongria habita las colinas Nyamgiri desde tiempos inmemoriales, y se hacen llamar a sí mismos "los protectores de los ríos". Sus aproximadamente ocho mil miembros se dedican a la agricultura a pequeña escala y han rechazado la compensación ofrecida por la compañía minera. "Si nos echan de nuestra montaña perderemos nuestra identidad, nuestro pasado y nuestro futuro. Al principio podríamos nadar en dinero pero pronto nos convertiríamos en mendigos desarraigados.
"Avatar es fantasía… y real", dice el anuncio de 'Variety'. "Ayúdenos, señor Cameron”".
Zapatero está deprimido ¿qué le pasa a Zapatero?
Quizás una de las claves del actual drama de España es que Zapatero está angustiado y deprimido. Nos lo aseguran fuentes muy fiables, cercanas al presidente. La presidencia europea se le ha vuelto en contra y el rechazo nacional e internacional es para él, que necesita ser amado y admirado, un suplicio insoportable.
Los tres últimos golpes a su "integridad" han sido terribles: el hundimiento del PSOE en las encuestas, el rechazo de Obama a entrevistarse con él y la amenaza de huelga de los sindicalistas españoles, sus mejores aliados.
Se le ve apagado, cansado, sin recursos, deambulando por la política como un boxeador noqueado, con "tics" depresivos profundos, con el rostro arrugado y envejecido. Ya aquellos recursos de encantador que fascinaron al crispado país que nos dejó en herencia José María Aznar han desaparecido y apenas quedan rastros de aquel famoso talante que nos sugería, al principio de su mandato, que se puede gobernar a un país moderno desde el optimismo, el diálogo y la calma relajada, sin demonizar y sin aplastar al adversario.
Zapatero es ya un líder apestado, sin otros amigos en España que los que reciben dinero y favores del gobierno y sin más amigos internacionales que dictadores y sátrapas como Hugo Chávez, los hermanos Castro Ruz, y otros sin prestigio, que se sienten aislados y despreciados por las sociedades libres.
¿Se está medicando el presidente? ¿Toma antidepresivos? La salud del presidente podría ser una de las claves del actual drama de España. Por ahora son preguntas sin respuesta, pero los síntomas de la depresión son intensos y preocupantes. Hasta es probable que sus médicos y su familia le estén aconsejando que abandone, que no merece la pena "luchar por España" sin que "su esfuerzo" sea comprendido.
Lleva seis años en el poder, pero parece que son doce. Felipe González dice de él que le ha llegado demasiado pronto el famoso Síndrome de la Moncloa, una enfermedad misteriosa que afecta a los presidentes de gobierno españoles cuyos efectos son el aislamiento, el desconcierto, la ausencia de lucidez y una irresistible tendencia a la arrogancia y al error político.
Está desconcertado porque siente que hasta su proverbial "suerte" le ha abandonado y hasta ha perdido su vieja moral de victoria. Cuando empezó a negociar con ETA le dijo al hoy ministro Gabilondo, entonces rector, que él estaba marcado por la fortuna y que no sabía perder. Hoy, la situación es la opuesta: todo lo que toca lo estropea y se le vuelve en contra.
Su trayectoria política se parece a la de muchos entrenadores de fútbol fracasados, que llegan como magos y que terminan como charlatanes, sin más defensa que los resultados.
Ahí, en los resultados, es donde está el mayor drama de Zapatero. La realidad es tan mala que justifica y sustenta su depresión: España, bajo su mandato, se hunde, se desangra. se llena de parados y de pobres, cierra empresas a mansalva, se endeuda hasta la locura, pierde competitividad, se queda sin prestigio y ostenta liderazgo solamente en miserias y vergüenzas como el tráfico y consumo de droga, el alcoholismo, la prostitución, el fracaso escolar, el despilfarro, la inseguridad, las cárceles atiborradas, el desprestigio de la polítiica y la pérdida de esperanza, entre otros.
Los "números" de Zapatero son para expulsarle del banquillo sin honor ni indemnización. Su gran consuelo es que el sistema político español está tan corrompido y es tan escasamente democrático que es casi imposible echar a un presidente, aunque conduzca al país hacia la ruína y el fracaso.
Sus heridas abiertas sangran y supuran: la "herida catalana", abierta al apoyar personalmente un estatuto insolidario, sembrador de desigualdad y anticonstitucional; la herida de la crisis, negada estúpida y temerariamente parsa ganar votos, retrasando la toma de medidas que hubieran salvado al país del desastre; la herida de la mentira, utilizada sin prudencia y con descaro para narcotizar y confundir a la ciudadanía; la herida de la negociación con ETA, llena de trampas, engaños y cerrada con un claro fracaso; la herida del hundimiento del prestigio del sistema y de la "casta" política, una tragedia de enorme alcance que ha llenado la sociedad española de desconfianza, desencanto, frustración y odio a los políticos y a sus injustificables y arrogantes privilegios... y otras muchas heridas, todas infectadas, purulentas y tal vez mortales.
En medio del caos y del fracaso, Zapatero vive la gran paradoja de su vida, todo un sarcasmo de la política en su estado más vil y desesperante: su único aliado y su única tabla de salvación es Mariano Rajoy y su Partido Popular, tan incapaces, acobardados y torpes como oposición que están impidiendo que el pueblo español, sin ilusión por el cambio y sin confiar tampoco en la derecha, salga a las calles para exigir que el nefasto Zapatero se marche y deje de aplastar a España.
Zapatero es ya un líder apestado, sin otros amigos en España que los que reciben dinero y favores del gobierno y sin más amigos internacionales que dictadores y sátrapas como Hugo Chávez, los hermanos Castro Ruz, y otros sin prestigio, que se sienten aislados y despreciados por las sociedades libres.
¿Se está medicando el presidente? ¿Toma antidepresivos? La salud del presidente podría ser una de las claves del actual drama de España. Por ahora son preguntas sin respuesta, pero los síntomas de la depresión son intensos y preocupantes. Hasta es probable que sus médicos y su familia le estén aconsejando que abandone, que no merece la pena "luchar por España" sin que "su esfuerzo" sea comprendido.
Lleva seis años en el poder, pero parece que son doce. Felipe González dice de él que le ha llegado demasiado pronto el famoso Síndrome de la Moncloa, una enfermedad misteriosa que afecta a los presidentes de gobierno españoles cuyos efectos son el aislamiento, el desconcierto, la ausencia de lucidez y una irresistible tendencia a la arrogancia y al error político.
Está desconcertado porque siente que hasta su proverbial "suerte" le ha abandonado y hasta ha perdido su vieja moral de victoria. Cuando empezó a negociar con ETA le dijo al hoy ministro Gabilondo, entonces rector, que él estaba marcado por la fortuna y que no sabía perder. Hoy, la situación es la opuesta: todo lo que toca lo estropea y se le vuelve en contra.
Su trayectoria política se parece a la de muchos entrenadores de fútbol fracasados, que llegan como magos y que terminan como charlatanes, sin más defensa que los resultados.
Ahí, en los resultados, es donde está el mayor drama de Zapatero. La realidad es tan mala que justifica y sustenta su depresión: España, bajo su mandato, se hunde, se desangra. se llena de parados y de pobres, cierra empresas a mansalva, se endeuda hasta la locura, pierde competitividad, se queda sin prestigio y ostenta liderazgo solamente en miserias y vergüenzas como el tráfico y consumo de droga, el alcoholismo, la prostitución, el fracaso escolar, el despilfarro, la inseguridad, las cárceles atiborradas, el desprestigio de la polítiica y la pérdida de esperanza, entre otros.
Los "números" de Zapatero son para expulsarle del banquillo sin honor ni indemnización. Su gran consuelo es que el sistema político español está tan corrompido y es tan escasamente democrático que es casi imposible echar a un presidente, aunque conduzca al país hacia la ruína y el fracaso.
Sus heridas abiertas sangran y supuran: la "herida catalana", abierta al apoyar personalmente un estatuto insolidario, sembrador de desigualdad y anticonstitucional; la herida de la crisis, negada estúpida y temerariamente parsa ganar votos, retrasando la toma de medidas que hubieran salvado al país del desastre; la herida de la mentira, utilizada sin prudencia y con descaro para narcotizar y confundir a la ciudadanía; la herida de la negociación con ETA, llena de trampas, engaños y cerrada con un claro fracaso; la herida del hundimiento del prestigio del sistema y de la "casta" política, una tragedia de enorme alcance que ha llenado la sociedad española de desconfianza, desencanto, frustración y odio a los políticos y a sus injustificables y arrogantes privilegios... y otras muchas heridas, todas infectadas, purulentas y tal vez mortales.
En medio del caos y del fracaso, Zapatero vive la gran paradoja de su vida, todo un sarcasmo de la política en su estado más vil y desesperante: su único aliado y su única tabla de salvación es Mariano Rajoy y su Partido Popular, tan incapaces, acobardados y torpes como oposición que están impidiendo que el pueblo español, sin ilusión por el cambio y sin confiar tampoco en la derecha, salga a las calles para exigir que el nefasto Zapatero se marche y deje de aplastar a España.
fuente:http://www.votoenblanco.com/