Alinghi 5 arrives in Valencia base-05 Jan 2010
El pasado día 5 de Enero, arribo al Puerto de Valencia el Mercante que ha transportado Allinghi 5, una vez desembarcado, procedieron a llevarlo a su base, para procede a la arboladura, pues hoy ya debe de estar entrenando
en aguas de Valencia, de cara 33ª Copa América
martes, 12 de enero de 2010
Bill 'el Reincidente'
Carlos Fresneda | Nueva York
Actualizado martes 12/01/2010 09:41 horas
Gena Gershon, una de las supuestas amantes de Clinton.
| AP
La reincidencia sexual de Bill Clinton estuvo a punto arruinar prematuramente las ambiciones presidenciales de Hillary, que llegó a prohibirle que viera a su amigo y socio Rob Burkle, propietario de un Boeing 757 rebautizado como el “Air Fuck One” y utilizado por el ex presidente para escapadas sexuales con destino a Los Angeles, Miami y Las Vegas.
“A los pocos días de instalarse en la nueva casa, se le podía encontrar fácilmente en la tienda de Langi, hablando con un puñado de madres en casa tras su sesión de yoga y presumiendo con sus escoltas que conocía a todas por su nombre”, leemos en “Game Change”.
Para combatir la “depresión postpresidencial” y las prolongadas ausencias de la senadora Hillary, solía viajar con su amigo y socio Rob Burkle, magnate de los supermercados y consumado “playboy”. Las malas lenguas volvieron a hablar en Washington, y cuando su confidente y amigo Terry McAuliffe se lo dijo personalmente, Clinton lanzó una de sus furibundas respuestas: “¿Es que no tienen nada mejor de que hablar? ¡Maldita ciudad!”.
Pero para entonces Bill Clinton contaba ya con un nutrido elenco de “amigas”, con tres de ellas disputándose el podio: la millonaria Julie Tauber McMahon, la ex parlamentaria canadiense Belinda Stronach y el actriz Gina Gershon. Los autores de “Game Change” lo dejan en “rumores”, aunque confirman que Bill mantuvo una “relación romántica sostenida” con una de ellas mientras Hillary se dejaba la piel haciendo campaña. ¿Cuál de ellas?
El tabloide “National Enquirer” apunta hacia Julie Tauber como la auténtica “mistress” de Clinton, y aporta una prueba esencial: la millonaria de 48 años, divorciada y madre de tres hijos, vive apenas a ocho kilómetros de su casa en Chappaqua. Según la revista, Bill ya le había echado el ojo hacía tiempo, cuando estaba como invitado en la casa en Aspen de su padre, Joel Tauber, generoso contribuyente a la causa política de los Clinton.
La historia de Gina Gershon (la actriz morena en “Showgirls”) ya la aireó en su día el “Vanity Fair” y mereció la amenaza de acciones legales. El testimonio aquí es de primerísima mano: el periodista Todd Purdum, casado con Dee Dee Myers, ex jefa de prensa del propio Clinton. Según Purdum, citando a un ayudante del ex presidente, Clinton ha vuelto a las andadas y “ha estado viendo a un montón de mujeres en el camino”. Gershon, 48 años, era aparentemente la única actiz en la “lista”.
De la filántropa, empresaria y ex ministra canadiense Belinda Stronach, 43 años, hay incluso testimonio gráfico, pero Bill Clinton insiste en que fueron y siguen siendo simplemente amigos. La rubia y vivaracha Belinda, que llegó a posar en plan sexy con la bandera canadiense, es ahora vicepresidenta de Magna International, la mayor compañía de piezas de automóvil de Canadá.
| AP
La reincidencia sexual de Bill Clinton estuvo a punto arruinar prematuramente las ambiciones presidenciales de Hillary, que llegó a prohibirle que viera a su amigo y socio Rob Burkle, propietario de un Boeing 757 rebautizado como el “Air Fuck One” y utilizado por el ex presidente para escapadas sexuales con destino a Los Angeles, Miami y Las Vegas.
Lo revelan en “Game Change” Mark Halperin y John Heilemann, los periodistas que han revuelto las aguas del río Potomac a tiempo para el primer aniversario de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca y de Hillary Clinton al Foggy Bottom.
Pero los reflectores vuelven a apuntar irremisiblemente a Bill Clinton, protagonista involuntario y voluntarioso de este culebrón político que se remonta al 2001, cuando el ex presidente cambió la vigilancia estrecha de Washington por la libertad condicional de Chappaqua, su refugio boscoso al norte de Nueva York.“A los pocos días de instalarse en la nueva casa, se le podía encontrar fácilmente en la tienda de Langi, hablando con un puñado de madres en casa tras su sesión de yoga y presumiendo con sus escoltas que conocía a todas por su nombre”, leemos en “Game Change”.
Para combatir la “depresión postpresidencial” y las prolongadas ausencias de la senadora Hillary, solía viajar con su amigo y socio Rob Burkle, magnate de los supermercados y consumado “playboy”. Las malas lenguas volvieron a hablar en Washington, y cuando su confidente y amigo Terry McAuliffe se lo dijo personalmente, Clinton lanzó una de sus furibundas respuestas: “¿Es que no tienen nada mejor de que hablar? ¡Maldita ciudad!”.
Ultimatum
Cuando Hillary empezó a sondear sus posibilidades presidenciales, siempre se topó con el inconfesable escepticismo: “¿Qué vas a hacer con Bill?” Su ayudante de campaña, Patti Solis Doyle, se comprometió a hacerle un marcaje, y el primer ultimatum a su marido fue poner fin a las escapadas con Rob Burkle y no volver a pisar la escalerilla del famoso Boeing.Pero para entonces Bill Clinton contaba ya con un nutrido elenco de “amigas”, con tres de ellas disputándose el podio: la millonaria Julie Tauber McMahon, la ex parlamentaria canadiense Belinda Stronach y el actriz Gina Gershon. Los autores de “Game Change” lo dejan en “rumores”, aunque confirman que Bill mantuvo una “relación romántica sostenida” con una de ellas mientras Hillary se dejaba la piel haciendo campaña. ¿Cuál de ellas?
El tabloide “National Enquirer” apunta hacia Julie Tauber como la auténtica “mistress” de Clinton, y aporta una prueba esencial: la millonaria de 48 años, divorciada y madre de tres hijos, vive apenas a ocho kilómetros de su casa en Chappaqua. Según la revista, Bill ya le había echado el ojo hacía tiempo, cuando estaba como invitado en la casa en Aspen de su padre, Joel Tauber, generoso contribuyente a la causa política de los Clinton.
Romance cerca de casa
Según el “Enquirer”, Clinton podría haber aprovechado las estancias de Hillary en Washington para frecuentar la casa de su vecina, bien entrada la noche y con los niños ya dormidos. La revista señala que fue ella quien decidió romper la relación precisamente cuando Clinton decidió volcarse en la campaña de su esposa.La historia de Gina Gershon (la actriz morena en “Showgirls”) ya la aireó en su día el “Vanity Fair” y mereció la amenaza de acciones legales. El testimonio aquí es de primerísima mano: el periodista Todd Purdum, casado con Dee Dee Myers, ex jefa de prensa del propio Clinton. Según Purdum, citando a un ayudante del ex presidente, Clinton ha vuelto a las andadas y “ha estado viendo a un montón de mujeres en el camino”. Gershon, 48 años, era aparentemente la única actiz en la “lista”.
De la filántropa, empresaria y ex ministra canadiense Belinda Stronach, 43 años, hay incluso testimonio gráfico, pero Bill Clinton insiste en que fueron y siguen siendo simplemente amigos. La rubia y vivaracha Belinda, que llegó a posar en plan sexy con la bandera canadiense, es ahora vicepresidenta de Magna International, la mayor compañía de piezas de automóvil de Canadá.
El HUMOR EN EL MUNDO
Nuestro arrepentimiento no es tanto por el dolor que
hemos causado sino por el que nos pueden causar
(La Rochefoucauld)
OPINIÓN
RICARDO
hemos causado sino por el que nos pueden causar
(La Rochefoucauld)
OPINIÓN
RICARDO
El Gobierno recula ante las críticas europeas de sus propuestas de castigo
21:25 | 11 de enero, 2010
Reino Unido y Alemania rechazan el planteamiento de Zapatero desancionar el incumplimiento de los pactos económicos. Moratinos dice que no hay "ninguna decisión formal sobre el asunto".
Las críticas europeas se producen por la situación económica que vive España. / Efe
Bruselas / París. Tan sólo dos días ha tardado el Gobierno de Zapatero en dar marcha atrás a su propuesta de sancionar a aquellos países que no respetasen los pactos económicos en Europa. La crisis que vive nuestro país y los propios incumplimientos del Ejecutivo socialista llevaron a Alemania y Reino Unido a criticar este planteamiento ya que España no era, precisamente, el mejor ejemplo para decir cómo se deben encarar las estrategias económicas de los próximos años. El ministro de Exteriores se apresuró a decir que la propuesta no era formal.
Lea la información completa en la edición impresa de LA GACETA
Todos los derechos reservados 2.010
Lea la información completa en la edición impresa de LA GACETA
Todos los derechos reservados 2.010
CARTAS DESDE BARCELONA,
XXVIII. JUICIO A LA CORRUPCIÓN EN LA DELEGACIÓN DE HACIENDA DE BARCELONA.
TESTIGO, LLUÍS PRENAFETA, SECRETARIO GENERAL DE PRESIDENCIA DE LA GENERALITAT DE JORDI PUJOL, 1980-1990.
Rafael del Barco Carreras
Sesión del 11-01-10. De nuevo las cámaras. La Operación Pretoria con la reciente detención y libertad con fianza, de UN MILLÓN DE EUROS a cada uno, de dos de los hombre clave de Jordi Pujol, Maciá Alavedra y Lluís Prenafeta, resucitaba el largo y tedioso juicio. A nadie le interesaba lo que el testigo declararía, que únicamente declaró que no recordaba nada. Y tenía razón, en aquella Generalitat, y la actual, pues por el caso Pretoria está afectada (dimitido el gerente del Instituto Catalán del Suelo), se robaba tanto que recordar un expediente por unas insignificantes 4.500.000 de pesetas cobradas por UN ESTUDIO por el acusado inspector de Hacienda Lucas Carrasco a través de la fantasmal oficina, LML Lucas & Lucas), de su mujer la acusada Maira Mas, era disparatado.
Un estudio, 1988, sobre la población de Cataluña, Cataluña 2000, presentado por Maira, que se cobra cinco días después de su presentación. La señora Mas lo mismo se cuidaba de la población de Cataluña, que de expedientes internos de Núñez y Navarro, o apoderaba al ahora magistrado José María Asalit para comprar y vender terrenos. Es de suponer que con las cajas que su cuñado trasladó desde Hacienda cuando cesaron a su marido, y que la policía confiscó en su despacho, bien se hubiera podido crear una pieza aparte acusando al ahora testigo o a todo el Comité Ejecutivo de aquella Generalitat, y a su presidente Jordi Pujol, pero los recovecos de la Política y por lo tanto de la Fiscalía, sientan en el banquillo con el capricho del que arranca los pétalos de una margarita.
Entretuvo más contener y ordenar a los fotógrafos que el tiempo de la declaración. No reconoció la letra de una anotación marginal con el teléfono del inspector Lucas, e insistió que no recordaba uno de tantos estudios presentados o requeridos por Secretaría, aun reconociendo que no era normal que se pagaran en cinco días.
Tras el alboroto de cámaras la Presidenta inició las preguntas de ritual sobre el conocimiento que de cada uno de los acusados pudiera tener el testigo. VECINO del inspector-jefe José María Huguet, AMIGO de Juan José Folchi, de Núñez y Navarro, padre e hijo, del asesor fiscal de Jordi Pujol, Sánchez Carreté, de Javier de la Rosa, “o eso creo” dijo, en cuanto a Eduardo Bueno, conocido por la Política, y los demás totalmente desconocidos, incluida la cobradora del informe Maira Mas. Muy significativas las amistades, incluso sus titubeos, pero afirmando rotundamente que no influirían en la veracidad de su testimonio.
No hubo testimonio, ni falta que hacía, pero para cualquier espectador de esa película, condenar al matrimonio por ese evidente delito in fraganti, sería una INJUSTICIA, pues bien pudiera ser que hubieran repartido el dinero con alguien de la Generalitat, ni siquiera cobrarlo aunque se hubiera pagado, y sin duda alguna, tras ése e infinidad de ESTUDIOS sin sentido y copiados de cualquier texto publicado, se encuentra toda una mecánica de pagos seguida desde siempre por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Cada año se descubren unos cuantos.
Acabada su corta declaración la presidenta interrumpió la sesión por enfermedad. La voz lo demostraba. Pospuso la próxima para el día 13.
Otra estrella, JOSEP BORELL, al que sus íntimos amigos, delegado y jefes e inspectores de Hacienda en Barcelona, truncaron su camino a la PRESIDENCIA DE LA NACIÓN por el PSOE. El quid del presente enredo