lunes, 30 de noviembre de 2009

CARTAS DESDE BARCELONA,

SECUESTROS.
TRES ESPAÑOLES SECUESTRADOS EN MAURITANIA.


Rafael del Barco Carreras

30-11-09.
Es impopular y “no político” manifestar que “jamás se debe pagar”, o como señuelo. Pagando se salva la vida de los secuestrados, axioma falso, ya que en infinidad de secuestros los secuestrados aparecen muertos aunque se haya pagado. Y otro axioma, éste verdadero, si se paga se provoca una racha de secuestros. Sé de la imposibilidad de convencer a los familiares de que no se pague. Esa “imposibilidad” forma parte del “negocio del secuestro”, tan imposible como luchar contra la opinión pública o “publicada” cuando los secuestrados son unos marineros-trabajadores. De todas formas es fácil mi opinión, los toros desde la barrera no son lo mismo que en la plaza frente a ellos.
¿Y por qué opino? Máxime cuando siempre huyo de posturas que no me conciernen, y que al igual que toda creencia o prejuicio tienen su tesis y antítesis, y ¡vete a saber cuál es la verdad!, cuestiones de Fe. Pero viví en la prisión con varios secuestradores y el tema se convertía en estrella en las interminables horas de celda y patio. Y todos coincidían que el “delito-negocio” más difícil y conflictivo, y de resultados inciertos, era el SECUESTRO. Únicamente viable para grandes organizaciones o casi “estados”, donde más que secuestrados son rehenes o prisioneros intercambiables, y podría ser el caso de los del Alakrana. Un mundo donde la Guerra es el estado natural del Hombre, y por donde transitar o faenar es pura aventura de altísimo riesgo, digna de contar a nietos o tertulianos. ¡No podían faltar los humanitarios progres catalanes, con la mujer de Hereu de cooperante! Yo les aconsejaría, que si de repartir comida se trata, las colas propias en Barcelona son más que suficientes, aunque sus vistosos camiones no resulten televisivos por los barrios marginales.
Por lo que observé no existía un patrón fijo de secuestrador, no era igual tratar con:
Los de QUINI (con quienes conviví muchos meses), jugador del Barsa, secuestrado por tres aficionados zaragozanos en el paro (repartiendo con el secuestrado los bocadillos y comida preparados por sus mujeres), que cayeron por las pistas intentando cobrar, desde “le envío un DEDICO”, expresión aragonesa, a entrar en un banco suizo donde el Barsa “depositara” el importe.
La ETA, por lo oído a sus miembros, ya por los 80, desilusionados, porque más allá de la publicidad y terror generado, el cobro a menudo resultaba imposible por la práctica quiebra del empresario secuestrado, y entonces el Estado no pagaba, y menos los bancos si se hallaba en números rojos. Mi amigo Koldo (el del asalto al cuartel de Berga, que cayó en un ataque frontal a la prisión de La Trinidad para liberar a su amada), que entre partidos de frontón se reía de mis patochadas, se ponía grave cuando le soltaba que en algún secuestro debieron pagar para que se los llevaran.
Los ITALIANOS MAFIOSOS, más de lo mismo, si mantener y vigilar a los secuestrados se mostraba problemático, exigiendo una infraestructura de gran calado, el cobro se convertía en un talón de Aquiles con demasiados fracasos. Los BOS FRANCESES ni consideraban viable el “negocio”.
Hasta el MINI-SECUESTRO practicado por las BANDAS DEL ESTE no era operativo más allá de entre delincuentes para hacerse con droga, cobrar a reticentes, o atracar un banco mientras se retiene a la familia.
Hay más variantes pero no es necesario forzar la memoria de mis tristes experiencias en la Universidad del Delito para entender que un SECUESTRO en manos de POLÍTICOS debe convertirse en hasta cómico, y si estos políticos son nuestra Ministra de Defensa, la Vicepresidenta, Moratinos y similares, comandados por Zapatero, intentando volver locos a los secuestradores, al estilo de los mostradores de las dependencias públicas, el resultado final será que hasta la ETA, los parados, o los estafadores, siempre metiendo su ingenio donde el dinero marque la pauta, reiniciarán el NEGOCIO… y con víctimas.